Agua / No. 244

Fue así el primer hombre



…neutra el agua dudaba a cuál fe preste,
o al cielo humano, o al cíclope celeste.
Luis de Góngora


Fue así el primer hombre:
de pie sobre el litoral vio reflejado un ojo enorme de fuego
vio que más allá de los arrecifes,
mar abajo, siempre es de noche.
Pero ante los ojos de él
había un fuego que se apagaba y se encendía
que al girar sobre su propio eje
vio nacer, desarrollar y desaparecer las cosas.
Todo se va —¿o se esconde eternamente?—
alejándose o contrayéndose hacia un lugar desconocido.

Los animales comían para dormir sobre el ancho prado,
hasta que un día
el miedo escurrió como polvo de sal sobre su cuerpo,
porque estaba ahí, escondida en el espacio
que separa al hígado del corazón:
la primera luz de consciencia
que lo hizo llorar durante cuarenta días
sin descansar ninguna noche,
hasta que sintió su propio fuego quemarlo a sí mismo:
después de todo,
era necesario marcar el tiempo en algún lugar,
antes de que escribiera “aquí yace un hombre al pie del litoral”.