noche / No. 249

La breve luz que se resiste a morir

No entres dócilmente en esta noche quieta
Dylan Thomas

Aquí   como un arbusto
     de cuatro raíces

como agua de estanque
que se divierte con olas
que producen las lenguas de las libélulas

una lámpara de una morgue
o en el epicentro de una angustia


veo
templarse la noche:

sentado frente a una ventana
     ¿por qué las ventanas, en vez de luz, encierran una desesperación de muerte?
se dibuja en la pared de afuera
una charola de luces que tiene más movimiento
que mis pies de ir y volver del escritorio al baño.

Aquí la quietud sólo se rompe
con la fugaz manchita de rayo crepuscular
que descuidan estos herméticos edificios:

Buenas noches, digo
Gud bai, me responden

Cierro las ventanas, apago la luz:
amanezco en el sueño con una pared y una ventana frente a mí.