Que canten y lean la Misa según el rito, el modo y
la norma que ahora transmitimos mediante este Misal.
Bula Quo Primum Tempore, Pío V
Gloria a todas
las comunidades
de vecinos
de la ciudad
de Nueva York
y a sus
propietarios
que administran
inquilinos
y especialmente Gloria
sí Gloria
a vosotros
hombres de paz
que liberáis
este lugar
de presencias
supuestamente
reales
de fantasmas
de ectoplasmas
de figuras de incredulidad.
Por la inmensa facilidad para la palabra
vuestra pose
vuestras pintas
eclesiásticas
por todo eso
yo aseguro
que os hablamos
os decimos
abordamos
damos gracias
cantamos Gloria
para que hágase
vuestra legibilidad
hágase,
Señores, de uniforme beige
tirando a beige
clarito,
Oficiantes, de logotipo
bordado sin mucha
profesión,
Timadores
en el fondo
neumático
de la feliz ciencia descabellada,
lanzad
vuestras trampas
trazad el perímetro de seguridad
mantened el cielo libre de murmuración,
Panda de inútiles sonrientes,
Gloria hoy sin embargo
Gloria hoy que la ciudad
es una amistad de peces
una plaza abierta a pequeños pasos de baile,
a vosotros que decís que,
a vosotros con quien decir que,
con quien decir nosotros,
Gloria entonces
Gloria bien alto y pronunciado
con voz clara y convincente
varias veces Gloria
que sólo nosotros vosotros
que sólo vosotros nosotros
que sólo tal y cual,
con espíritu dispuesto,
en paternidad repartida,
y eso
amén.
Peligrosa es la noche en la página 167
Dieron las nueve, y Hans
aún no había llegado a casa.
H. Hesse, Bajo las ruedas
(Alianza, p. 167)
Peligrosa es la noche en la página 167
si resulta
que es de día, y eso
tal vez no pase hasta el capítulo siguiente.
Si resulta que interrumpes con besos envasados
al vacío para el trabajo pero
resulta que, deja, aguanta, que se me está muriendo Hans
Giebenrath en estas últimas líneas.
Peligrosa es la noche para Hans
Giebenrath si decido
cerrar el volumen verde
porque es de noche y te dejaste la luz
del pasillo
encendida la muerte del joven Giebenrath
entre interruptores blancos y no quieres
llorar con grasa en los dedos tú buscas
lo lírico
en una lata de aceitunas.
Y resulta que a mí se me está muriendo Hans,
que Hans Giebenrath se muere ya
en la 166
y, oh, cuánta muerte manoseada y blancoamarilla
rugosa
y negra sin la dignidad
siquiera
de morir en cursiva, sin que yo le deje morir
en las páginas que Hermann planeó
figuras de plomo en aquél
todo a cien, su muerte
en ciento y pico páginas
interrumpida y peligrosa porque
llegas tarde a tus cosas y tengo la comida
enfriándose
en la mesa
como se está enfriando
en la alberca
el cuerpo frío de Hans Giebenrath
en la peligrosa página 167.
Unai Velasco. Licenciado en Humanidades y máster en Estudios Comparados
de Literatura, Arte y Pensamiento. Ha publicado el poemario En este
lugar (Papel de Fumar, 2012) y prepara la publicación del siguiente, El
silencio de las bestias. Sus poemas han sido recogidos en varias
revistas como Quimera, Ex Libris, Paraíso, Nayagua, Catálogos de
Valverde o Quaderni Ibero Americani, así como en la antología de joven
poesía española Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia,
2011). Como crítico literario colabora en medios como Quimera, Revista
de Letras y Hermano Cerdo; escribe en su blog
<ifakedrogerrabbit.blogspot.com> y dirige la web cultural
<www.mamajuanadigital.com>.