Naturaleza / Carrusel / Bajo cubierta / No. 248

Una nueva generación poética en Nigeria

 

Tres Preguntas. Poetas jóvenes de Nigeria
Moyosore Orimoloye, Precious Arinze, Logan February
Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura
México, 2021


Cuando desde este lado del charco pensamos en África tendemos a imaginar un pedazo de tierra homologado que está al otro lado del planeta. Las noticias que invaden nuestro feed de Twitter no son de gran ayuda: miseria, plagas y ataques terroristas; en suma, lugares comunes que no incentivan el interés de los lectores. Dentro de ese vasto continente, rico en diversidad de lenguas y culturas, Nigeria es un país cuya producción literaria —a través de autores como Chinua Achebe (Todo se desmorona, 1998), Wole Soyinka (La muerte y el caballero del rey, 1994, premio Nobel de literatura en 1986) o más recientemente Chimamanda Ngozi Adichie (Sobre el duelo, 2021)— se ha instalado en el panorama editorial internacional. Sin embargo, más allá de estos autores que gozan ya de reconocimiento, existe una nueva ola de escritores y escritoras nigerianas.

Una de las publicaciones más recientes de las Ediciones de Punto de Partida, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es el libro de poesía titulado Tres preguntas. Poetas Jóvenes de Nigeria, traducido, compilado y prologado por Ezequiel Zaidenwerg (Buenos Aires, 1981).

¿De dónde surgió su interés por la poesía nigeriana? El traductor cuenta que, mientras trabajaba como editor en la revista alemana Berlin Quarterly, que publica periodismo narrativo, literatura y artes de diversas partes del mundo, recibió el encargo de buscar autores nigerianos. Fue ahí cuando contactó a Moyosore Orimoloye, Precious Arinze y Logan February.

Moyosore Orimoloye (Akure, 1994) quizá sea el menos reconocido de los tres autores; sin embargo, su poema "El amor es un truco narrativo pero tu insecticida no" recibió el galardón Babishai Niwe Poetry en 2016. Precisamente el amor es uno de los temas recurrentes en la antología de Zaidenwerg. Ese amor novel que se escapa y regresa, pero que no se agota en el descubrimiento de la sexualidad, en el hambre que deja el anhelo del cuerpo ausente del otro. El erotismo, la pérdida y la ganancia, la tristeza y la alegría, en virtud de la creación poética, cobran matices en donde las contrariedades, lejos de hundirse en la memoria para siempre, se actualizan y se reconocen.

Precious Arinze (Lagos, 1997) nos aporta su perspectiva femenina. Desde esa mirada de carne y hueso, nos habla de las vicisitudes que acontecen en su ciudad. Ésta, víctima ella misma de la gentrificación y la vorágine, es testigo silencioso, pues día a día funge como el espacio donde se ejecutan las distintas violencias machistas contra las mujeres. En ese sentido, para Arinze la poesía es, por una parte, una forma de confrontar las decisiones y vivencias que la han llevado a edificar su hogar en Lagos y, por otra, vehículo de denuncia y bálsamo para las gargantas desgarradas que claman justicia. Logan February (Anambra, 1999), con apenas 22 años entonces (en 2020 recibió el premio Future Awards Africa en Literatura), ya es todo un hito de la denominada "siguiente generación" de la literatura nigeriana. Y esto es así porque el joven no binarie, a través de una suerte de ejercicio confesionario, aunado a una prosa fresca y transgresora, relaciona conceptos clave del budismo con proverbios y mitos de la cultura yoruba (este grupo etnolingüístico constituye el 30 por ciento de la población de Nigeria) para mostrarle al mundo cómo es vivir una identidad queer en África.

Estos tres jóvenes poetas, más allá de compartir un origen geográfico y generacional, tienen en común que trascienden uno de los temas más explorados en la literatura nigeriana: el pasado colonial. Si bien en ellos quedó incrustada hasta la médula la imposición del inglés como lengua de expresión, la terna de poetas nos presenta la otra cara de la moneda, es decir, la reapropiación de la lengua colonizadora como forma de expresión de la identidad nigeriana contemporánea, aunada a su propia lectura de la tradición literaria occidental. Aquí cabe retomar las ya célebres palabras de Adichie: el peligro no sólo radica en contar una sola historia, sino también en leer una sola literatura.

En esta versión bilingüe podemos deleitarnos con tres voces y tres estilos de poesía bien diferenciados que, a partir del común denominador del juego y la provocación, nos hablan de temas imperantes del mundo en el que vivimos. Tras la lectura de estas contundentes palabras, es imposible permanecer indiferente. Después de todo, Nigeria no es tan distinta y lejana como pensábamos.

Para cerrar, presento un poema de Moyosore Orimoloye cuyo título, como dijimos, da nombre a esta antología que, sin duda, es una muestra magistral y bien consolidada de la literatura actual no hegemónica:

TRES PREGUNTAS

¿Crees en el amor?
Sólo porque los vientos
han azotado una y otra vez mi choza,
y siempre apareció una desconocida
trayendo hilo y aguja.
Tampoco fue el destino el que me puso (a mí y a mi nombre) en tu boca.

El destino. ¿Qué es el destino para ti?
Nuestro destino es darnos la mano
en una habitación repleta de abstracciones.
Nuestros cuerpos de 83 años,
bolsas de dolor y medicación crónica,
debatiendo qué hay del otro lado de la laguna de Estigia.

¿Entonces piensas que nos vamos a morir?
El tipo en la entrada del mercado
que vendía brebajes para todos los doloresconocidos por Dios
y que pedía que lo denunciaran si descubrían que sus curas eran un fraude
hace cuatro semanas que no aparece.



* Una versión de esta reseña fue publicada en la revista digital Altura desprendida. Miscelánea cultural para Latinoamérica, en junio de 2022.