Es posible recorrer una ciudad y su historia sin necesidad de encontrarnos físicamente en ella, conocer los elementos que la componen y desentrañar su significado. Las ciudades de nuestro país han sido descritas en distintas obras como Cartas de Relación de Hernán Cortés, Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo o La región más transparente, de Carlos Fuentes. Así, siguiendo esta línea de describir las ciudades y reflexionar en torno a ellas, en El jardín de los ídolos, libro ganador del Premio Nacional de Ensayo Joven José Luis Martínez en 2022, Georgina Moctezuma acompaña a sus lectores a través de la ciudad de Puebla y sus alrededores.

El libro se compone de cinco ensayos: “El jardín de los ídolos”, “Imaginería ligera”, “Las reliquias”, “Escucho con mis ojos a los muertos” y “Vaciar la casa de mi abuela”. En cada uno de éstos podemos encontrar un misticismo que, aunque intangible, está siempre presente, acompañando los recuerdos de distintas etapas de nuestras vidas. Si bien Puebla capital es la protagonista del libro, encontramos otros temas presentes como el aborto, las relaciones sexoafectivas, la amistad y la infancia.

Pienso en María José Rodilla y su libro Aquestas son de México las señas (La capital de la Nueva España según los cronistas, poetas y viajeros siglos XVI al XVIII), donde la autora plantea que la Ciudad de México está configurada como un palimpsesto y es a través de su arquitectura que podemos develar de manera física las distintas etapas que la han conformado. Esto también es aplicable a la ciudad de Puebla, sin embargo, en la obra de Georgina Moctezuma encontramos otros elementos que también prueban las distintas etapas de una ciudad, como las leyendas de sus habitantes o el significado que damos a los lugares. Al final de “Imaginería ligera” la autora describe su encuentro con un árbol: “Puse mi rostro en su corteza, y después el pecho, las caderas y los muslos. Lo abracé con fuerza y me eché a llorar sobre las heridas de su madera”, así encontramos estas relaciones que formamos con los elementos que componen las ciudades que nos rodean. De este modo, las páginas del libro se convierten en un viaje que se inicia en la época prehispánica, pasa por los tiempos de la colonia y termina en la actualidad, con momentos que van desde la infancia de la autora hasta el terremoto de 2017.

El jardín de los ídolos es una reflexión profunda sobre cómo interactuamos con nuestro entorno urbano y cómo éste moldea nuestras vidas y recuerdos. La autora utiliza recursos autobiográficos para poder construir los ensayos y, de cierta manera, pareciera que ella y la ciudad evolucionan al mismo tiempo, ambas marcadas por las personas que las han habitado física o emocionalmente, formadas por distintas capas que podemos observar a lo largo de la lectura. El estilo de Moctezuma permite a los lectores conectar con los lugares y tiempos descritos de manera vívida. Su habilidad para entrelazar lo tangible con lo intangible, lo histórico con lo personal, enriquece la narrativa propuesta en cada ensayo y ofrece una perspectiva novedosa sobre la evolución de Puebla, pero también de ella como persona.