fiesta / No. 250
La poeta lava los platos, seca la ropa, paga impuestos. Usa el metro o la combi o el pesero. La poeta no camina al trabajo, no podría. Si le toca sentada, la poeta lee. Tiene dolor de piernas, mucho sueño, también insomnio. La poeta no se droga, ni bebe alcohol: no tiene tiempo. La poeta, si tiene suerte, sale temprano, entra a un taller, intenta escribir. La poeta, si tiene suerte, toma el taller en la oficina, en la pantalla de su celular, en la silla con rueditas. La poeta apaga la cámara. Que no la vean, que no sepan que es poeta, que está en llamada y que no es trabajo. La poeta come alitas los viernes, contesta mensajes, toma selfies. Responde llamadas que no son suyas, atiende quejas, escribe mails. La poeta quiere llorar, pero no tiene tiempo, la poeta quiere leer lo que leen los poetas, pero no tiene tiempo, la poeta quiere ir al bar donde van los poetas, pero no tiene tiempo. La poeta se embaraza: nadie sabe que es poeta. La mamá de la poeta está feliz, la poeta tendrá un niño que cuidará toda la familia, el padre no sabrá, no le queremos contar. La poeta criará al niño sola, pensará en poesía. La poeta busca en google: poemas de amor, poemas de hijos, poemas de mamás, poemas de trabajo. Buscar. La poeta da click en “Poemas del alma”, la poeta dirá que hay que escribir así, con el texto alineado al centro. La poeta no cambia de opinión, la poeta es poeta mientras el niño patalea. La poeta hace otras cosas: tiene amigas, las invita a casa, les da de comer, hablan hasta noche, no tanto, porque la poeta está embarazada y aún trabaja y tiene sueño, más que antes. La poeta tiene la panza grande. La poeta dejó el taller, no escribió nada. La poeta hizo una amiga, una que sí escribe poemas. La poeta quiere escribirle, pero primero están los otros whatsapps: los de la familia, los del trabajo, los de los amigos. La poeta no se queja, no se enferma, no grita: No escribe. No poemas. No dice. No tiene. No tiempo. La poeta no.





María Villa (Naucalpan, 1991). Hace marketing cultural en Bien Chicles y escribe. Becaria PECDA Estado de México (2024). Ha publicado en Castálida, Punto de partida y Mi Valedor, así como en las antologías Romper el horizonte (2024) y Entre entes y linajes (2024).