Editorial / No. 247
A finales de junio de este año, el jurado de cada una de las categorías del Concurso 55 de Punto de partida decidió premiar a jóvenes estudiantes de Sonora, Torreón, Querétaro, Puebla y Ciudad de México. Quienes ganan —algunos concursan por primera vez, algunos en segunda vuelta, otros prueban nuevos géneros o reafirman su llamado— consiguen no sólo la publicación y su respectivo premio, sino el reconocimiento y la emoción compartida de escritores y artistas que evaluaron su trabajo, todos con trayectorias notables y de diferentes generaciones, lo que promueve un acercamiento desde distintas tradiciones.
En esta ocasión destaca una triada de temas: el cuerpo, la memoria, la violencia; ninguno es nuevo bajo el sol de la literatura, pero la gracia de estos textos e imágenes es la actualización que de ellos hacen al tenor de experiencias contemporáneas, contextos localizados y, por supuesto, de los sorpresivos caminos que toman a través de la imaginación de sus autores. Optamos entonces por agruparlos bajo el título HUELLAS.
Así puesto el camino, comenzamos con “Teleinforme de un show silencioso”, de Bruno Armendáriz, quien obtuvo el primer premio en Cuento con una ficción sobre un programa televisivo que desata una serie de especulaciones psicológicas, sociales y hasta historiográficas. El segundo premio es “Revisión de rutina”, de Javier Díaz, una historia futurista en la que perdura la pregunta sobre aquello que nos hace humanos: ¿el alma? ¿los recuerdos? ¿la mortalidad? En Gráfica el primer premio fue otorgado a Verónica Mejía, por “Matar el tiempo: una serie de dibujos realizados durante mis trayectos en el transporte público”, en los que fusiona lo humano, lo vegetal y lo animal. El segundo fue para Víctor Federico Contreras Castillo, autor de “El rostro no es la cara”, una serie digital que juega con la indefinición de la identidad.
La migración local está presente en los textos ganadores de Crónica. El primero, “Más caldito, por favor” de Juan Miguel Valles Simental, conjunta la nostalgia con la sazón familiar, mientras que al segundo, “Perfume de viole(n)tas”, de Yarazai Simbrón, lo atraviesan sentimientos encontrados, la amistad y el desarraigo. Seguimos con Poesía: en el primer premio, “el punto de donde se ha desprendido el cometa”, de Israel Nicasio, el rugby es el espacio donde se juega la tensión del deseo. El segundo fue otorgado a Alfredo Castro Muñoz por “los abducidos”, una serie en la que se cuela la añoranza de otras vidas y otras realidades. En Ensayo fueron premiadas Izel Shamaní, autora de “El agua era mi refugio” —un ensayo testimonial sobre el acoso y el absurdo al que pueden llegar las medidas de prevención de la violencia—, y Alejandra Hernández Ojendi con “Herbarium”, que nos habla del surgimiento y tradición de los herbarios, y de éstos, en tanto colecciones, como un símil de la lectura y la escritura.
“Morir, dormir: dormir, tal vez soñar” es el título de la serie con la que Jonatan Castillo Herrera obtuvo el primer lugar en Fotografía y con la que explora lo onírico y sus recuerdos de infancia. Con un tono y tema muy distinto, Diego A. Rodríguez, ganador del segundo lugar, presenta “Crónica de una sociedad en resistencia”, una serie de postales de manifestaciones políticas.
En la categoría Minificción el primer premio fue para Daniel Soria, quien toma como puerto “Los remedios”, pintura de Agustín Lazo, para hablar sobre la modernidad, lo natural y la fantasía. Brenda Cristina Moreno Rosas, segundo premio, es autora de “Entre las raíces”, una estampa que retrata la violencia y el quiebre vital que padecen las madres buscadoras. Cerramos con las ganadoras en Narrativa gráfica: el primer lugar fue Laura Flores con una historia sobre la curiosidad y el cuidado, bajo el título “Caracoles”. El segundo fue Karen Fernanda Chávez Torres por “Cómo nace un trepacerros”, sobre el hartazgo de la cotidianidad.
También en esta edición publicamos a las ganadoras de la decimocuarta edición del Concurso de Crítica Cinematográfica Alfonso Reyes “Fósforo”: Vivian Mayte Duarte González en la categoría Licenciatura, Nathaly Bernal Sandoval en Posgrado y Paloma Sheherezade en Exalumnos y público en general. Curiosamente, ambofilmes (Yurei y La tierra los altares) coinciden en el tratamiento cinematográfico y corporal de la memoria como tema principal.
Así cerramos este número. De nuestra parte, la mayor de las felicitaciones a cada una de las personas premiadas; esperamos que éste también sea un gran punto de partida para ustedes.
Aranzazú Blázquez Menes