Sueño / No. 224

Sospechas



Por entre las calles vacías, el amanecer picotea las sobras de anoche. Se impone en la ciudad, entre bostezos, un aliento de paloma apedreada y el corazón palpitante de las ratas que durmieron entre los rieles del metro.

Despierta de mala gana y sacude las motas que dejó el sueño; lava su rostro con el agua todavía helada y sale a buscar las migas de un sol que brilla, se consume y hiela entre las oficinas y los rascacielos de la ciudad.

Sin embargo, bajo el tibio manto de su cama, ha sospechado otra vida al dormir, como la tierra que, al despertar en la semilla, se cree capaz de ser árbol o flor con la sencilla caricia del rocío.