Dramaturgo, escenógrafo, actor, director, coreógrafo, cineasta, traductor, poeta, músico, periodista, arquitecto, diseñador, fotógrafo y artista plástico fueron algunos de los numerosos papeles en los que se desempeñó Juan José Gurrola, uno de los más apasionados practicantes, pensadores y docentes del arte dramático en México, quien falleció la madrugada del 1 de junio a los 71 años de edad.
Juan José Gurrola Iturriaga perteneció a la llamada Generación de Medio Siglo. Para este personaje de la escena teatral tan polémico, la dramaturgia era una posibilidad de transformar la condición humana. Y es que, según su propuesta, el teatro consistía en un traslado de un estado a otro en el que, probablemente, elresultado era llegar a una posición onírica.
Fue esta visión particular—junto con la idea de que en el teatro se juega la vida— la que lo llevó a participar con el Movimiento Pánico fundado por Alejandro Jodorowsky, Fernando Arrabal y Roland Topor, en la década de 1960. Dicho grupo hizo teatro y cinematografía de vanguardia con rasgos de terror y humor por medio de expresiones con hondas raíces oníricas y surreales, en acciones simultáneas. Se trató de una corriente que buscó mofarse de la seriedad y la supuesta inutilidad de la filosofía racional, así como de hacer un homenaje a la inspiración en el mito del dios Pan.
Sin embargo, el pensamiento de Gurrola siempre estuvo en cambio constante. Incluso llegó a trabajar con base en la teoría del caos, el estudio de la cuántica y el materialismo mecánico. De allí que continuamente expresara que su actividad era indefinible por la variedad de disciplinas que reunía; era, a final de cuentas y según sus palabras, un heredero de Marcel Duchamp, Francis Picabia y Philip Guston.
Gurrola montó obras como La hermosa gente (1957), El alfarero (1959), Nietzsche in the Kietzschen (1969), Él (1973), Lástima que sea puta (1978), Pasiphae (1983) y Alice en el país de las apariencias entre la vida y la muerte. Amén (1999), entre muchas otras. Fue director del Departamento de Radio y Televisión de la UNAM, y del grupo de teatro de la Facultad de Arquitectura de la misma institución. Fue becario de la Fundación Rockefeller, del Colegio Británico, de la Fundación Guggenheim y del gobierno alemán. Recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2004.
Como documentalista, fue un promotor de la vida cultural de México, particularmente de la pintura de vanguardia del siglo XX. El documental Alberto Gironella (1963) recibió una mención honorífica en el Festival de Cortometraje de Guadalajara. Otros trabajos del mismo estilo fueron Vicente Rojo y José Luis Cuevas (1963). También realizó el drama Trajinera (1965), que relata dos historias de incesto y que fue premiado en el Festival de Mar del Plata (Argentina).
Como actor de cine, Gurrola participó en dos películas que, con el tiempo, se han convertido en referentes del cine mexicano: El topo (1969), de Alejandro Jodorowsky, y Frida, naturaleza viva (1983), de Paul Leduc. En la primera obra, considerada dentro del género western psicodélico, caracterizó a uno de los cuatro Maestros del Revólver que el pistolero llamado El Topo debía buscar y liquidar. En la segunda cinta—ficción documental que parte de los recuerdos vivenciales de Frida Kahlo—Gurrola interpreta a Diego Rivera.
Considerado como un auténtico renovador de la escena teatral de México, Gurrola siempre estuvo vinculado a la UNAM. Allí debutó como actor en 1956 y, en 2005, dirigió La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca, en el teatro Carlos Lazo.
Rodrigo Martínez