Obra inédita (blasfemia)
Te ves mejor junto a las amapolas.
Empecemos por que fuera un buen día: no verte; terminemos juntos, y si no, lo habremos intentado. Trataré, no, cambiaremos el dogma de que tú seas el primero. Caminemos despacio, de todos modos, de todos los modos; para llegar a Constantinopla sólo faltan unos pasos. Pasa de largo, de frente, erguido como anoche, para que sobresalgas en el rito.
Siéntate frente a la de tres hojas, fúmame.
Saca el libro de los cánticos que ya sabemos y aprende de memoria la ironía de mi belleza, sopla. Hazte del viento
parte
del mismo punto que ya estoy acostumbrada.
Toma, pero no mi mano, ni de la botella: la fotografía.
Amolda la tarde, el mediodía, la media mañana, a lo que falta, lo que sobra y lo que recojo. Sé que dormiré sin ser identificada, eres más burgués que la trascendencia, por eso te recuerdas… para ponerle nombre a la literatura en el pecho a tus tres escenas.
Fin.
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