A las piernas desde su mujer
Lo que menos puedo hacer,
libérrima mujer, alada en minifalda,
lo menos es mirar
tus ascendentes piernas;
lo menos es mirar caninamente,
alerta la nariz, la lengua en punta,
lo menos es mirar
tus casi aéreas piernas,
y en ambas perfecciones verticales
introducirme al vuelo.
Poesía visual
Nada más predecible que escribir
en espiral un caracol,
o hacer letras redondas
que digan plenilunio,
o escribir en un círculo
círculo muchas veces
sin salirse del círculo,
o escribir descender
con letras que desciendan, o escribir
micrófono con forma de micrófono;
yo escribiré un poema
con forma de poema, y haré otro
que hable de la idiotez
con forma de idiotez.
Soneto en contrarrima
Amor, agrediré cada palabra
porque tengo una torrencial urgencia
de romper este pésimo silencia
y exigir tu figura y tu mirabra.
Antes pacientemente me guardabra
los ruiditos, la voz, la murmurencia,
pero no conseguí tu cercanencia
sino la soledad más despiadabra.
Por eso, a pleno amor, a pleno aire,
a plena maldición de Baudelaire,
con gritos y con hígado te evoco.
Oh, mira, estoy urgente y doloroco,
ven ya porque después será muy taire
y besa la sequía de mi boco.
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