18
Estoy lista siempre.
Todo lo que realmente necesito
cabe en el bolso más pequeño:
cepillo de dientes, tampones, pasaporte, calzón, lapicera,
tu foto de bebé sobre el césped en Rusia,
donde el papel carcomido desdibuja tu llanto.
Falta sólo tu mano y me puedo ir.
Poema de cumpleaños 2006
Fue un año difícil.
Estuve enferma
casi todo el tiempo
y casi todo el tiempo rumié pensamientos terminales
y hablé
quizá sin cesar
las palabras se adherirán a tu cuerpo liso
y las concebirás por mí de modo que
navegaré en tu vientre, luminoso pececillo plateado,
hasta que me des a luz en el lecho de una lengua tierna
y resuelta como agua
pero quedamos vivos
aferrados
asidos de las palmas.
*
Y me sentaré en él y no saldré de él
tres días y tres noches
y de día leeré las historias
de quien dio nombres al mundo
y leeré muchos nombres
y los pronunciaré muchas veces
de noche yaceré en una hamaca
colgada del techo
y leeré eternamente los numerosos nombres
hasta que un sordo se acerque a mi lecho
y le daré mi propio nombre
y la bóveda del cielo me concederá almohada
y el mar me arropará en sus infinitas mantas.
Poema de cumpleaños 2005
1.
Nacimos mudos
capullo de carne pálida
debimos incorporarnos desde el suelo
aferrarnos al aire como a una viga
había verdades claras que recordar, por ejemplo
“las manos hacen”
supimos de algunos que intentaron volar
y se estrellaron contra el techo del cielo
nos quedamos sentados
lentamente aprendimos a hablar
en singular y luego en plural.
Té
Me da miedo que te duermas antes que yo,
quedar colgada sola en lo oscuro,
en tinieblas sin una estrella.
Temo que me dejes,
que una mujer rica en sabiduría o pechos
te tiente a sus eras y no sabré cómo salvarme.
O que una mujer de bello trasero (eres
persona práctica, delicada, crees en el trasero)
quiera sentarse contigo, en ti o sobre ti.
o
que sea yo quien te deje, que el guardabosques
me encuentre, me murmure un hechizo,
que necesite marcharme.
Me da miedo que tras todo este tiempo, tras
el dolor amargo (el tiempo estéril)
nos nazca finalmente un niño feo.
Temo que una gran guerra ennegrezca
el corazón, la sangre, la piel,
que reine la muerte, o
una pequeña guerra
Temo no volver a escribir
que se pudran las letras en la copa del aire,
que se deshojen las palabras inmaduras, caiga el árbol
o que se seque la tinta de la última pluma,
permanecer clavada con memoria y sin papel
o con papel cuadriculado
que quedemos sin trabajo y sin
lugar para escondernos, que nos hieran,
que enceguezcamos, que despertemos llorando yo
temo que te mueras antes que yo
que todo lo mío que desnudo ante ti
se invista de mujer altiva y solitaria
(es un camino cruel, sin salidas,
quizás, por un momento,
saboreemos un té con pastas).
Traducciones de Florinda F. Goldberg
|
Anat Levit (Jaffa, 1973). Es egresada del Departamento de Cine y Comunicación de Hunter College, Nueva York. Actualmente trabaja como correctora de estilo en el diario israelí Haaretz. Su primer poemario, Ana en lenta rotación (Ahuzat Bait, 2007), obtuvo el Premio del Ministro de Ciencia, Cultura y Deporte a escritores noveles. Asimismo recibió los premios Poetas Principiantes (2002) y Poesía en Marcha (2006). En 2011 ganó el Concurso de Cuentos Haaretz. Su segundo poemario, De boca a boca (Keshev, 2012), obtuvo el Premio Akum de estímulo a la creación literaria y fue recibido elogiosamente por la crítica.
|