Un pescador de sirenas, un hombre que reúne todas las promesas que no se cumplen, y una mujer invadida de pájaros por dentro son algunas de las historias que habitan el segundo volumen de The mountain with teeth. Si bien llevo un par de años de seguir el trabajo de Alejandra Gámez, no puedo presumir de haberlo descubierto pero sí de que éste me haya descubierto a mí. En un momento en el que el webcómic mexicano va adquiriendo cada vez más fuerza, sin duda alguna las tiras de Alejandra Gámez, ahora recopiladas en dos volúmenes publicados de forma independiente, destacan no sólo por su humor y su ingenio, sino también por la belleza y la poesía que encierran. Como buena autora fantástica y con un estilo que recuerda al de artistas como Cortázar, Max Aub y Francisco Tario, en las páginas de The mountain with teeth encontramos historias —minificciones que no pasan de las cinco o seis páginas— en las que algo tan simple como lavar la ropa o practicar tiro con arco se troca en algo maravilloso; otras en las que se reconstruyen, con un increíble y oscuro humor, figuras del imaginario infantil tales como el ratón de los dientes o Santa Claus; o algunas más en las que Alejandra simplemente nos comparte sus miedos y pesadillas. Pero hay también historias que, debido a toques surrealistas, apenas y se paran de puntas sobre lo cotidiano, historias que terminan despegando de la realidad y vuelan a través de la imaginación del lector. Sin importar de cuál de sus historias se trate, siempre están presentes los temas de la muerte, el amor, la soledad, la depresión y la insignificancia de la existencia, eso sí, siempre con un alegre pesimismo. De esta forma, en cada viñeta el lector conocerá personajes ya entrañables como Ser sin Rostro, símbolo de nuestra perpetua búsqueda de identidad; el Señor Cocodrilo, personificación del pesimismo, y a una versión ficcional de la propia Alejandra, por lo que pareciera querer llevarnos a un tour por su psique solamente para descubrir que en realidad estamos explorando nuestras propias mentes. En este segundo volumen de sus obras merecen una mención aparte dos tiras en las que la autora expone sus reflexiones respecto a la maternidad y a lo que significa ser mujer en una sociedad que todavía no ha logrado deshacerse de sus prejuicios. Y es que el trabajo de Alejandra Gámez logra justamente eso, sus historias no se tratan únicamente de mujeres o de hombres, sino de personas. Todo esto a través de un medio (el cómic) que también suele ser menospreciado y catalogado de “arte de segunda categoría”, postura que, por fortuna, ha ido retrocediendo de forma gradual, precisamente gracias a autores como Alejandra Gámez, una artista fantástica en todos los sentidos.
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Alonso Núñez Utrilla. (Ciudad de México, 1990). Es licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es corrector de estilo. Ha colaborado en las revistas Penumbria, Punto en Línea, Marabunta y Punto de partida. Publicó el libro de cuentos Terapia de shock (Ediciones y Punto, 2015).
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