In via, in patria
Mabel Cuesta
Literal Publishing
México, 2016
Mabel Cuesta
Literal Publishing
México, 2016
La dicha que encuentra Camus en el rostro de Sísifo al hacerse consciente de su castigo, al dar la vuelta y caminar montaña abajo hacia su roca, es la misma con la que se puede imaginar a Mabel Cuesta (Matanzas, 1976) en su poemario In via, in patria. Reflexionar en torno a esos tránsitos obligados con despedidas necesarias, en torno a los pasos dados sobre senderos aún no trazados, el entregarse a las idas y regresos, ha sido también la manera de ir dando sentido a ese mismo andar inacabable, inevitable e incuestionable, como venido de un oráculo: “no nos fue dada una gracia / ni una razón exacta / para este dolor impenitente / que es risa también / si lo piensas con descanso”. Mabel da voz a esas pérdidas que sumaron, a aquellos lugares recorridos por convicción y a los que el azar eligió, a los sitios de los que se huye, esos a los que siempre regresa la memoria.
Propone que la patria es la vía, que nunca se llega, o que la patria, como uno mismo, como la vida, es necesariamente mutable e incierta: “quién sabe cuál / de todas / sería la respuesta / volver / quedarse / nunca haberse ido…”. ¿Qué patria le queda al que se va, más que su propio espacio vital y aquello con lo que se va llenando? Dejar la patria, que es madre y padre a la vez, es encontrar en la orfandad una manera de hallarse con el pasado, de aferrarse al origen. Así, cada viaje, el ansiado, el obligado, el postergado, es un ascenso a una misma montaña, pero se anda con un paso —y un peso— diferente: “Siempre al sur / soñamos pasajeras / un tiempo mejor / dispuestas al misterio”; “y bajo otra vez / por la infinita calle del manzano.” Y entonces, al entender que el movimiento es lo único eterno, ¿no se vuelve también éste un camino absurdo al que, sin embargo, se confronta con la expectativa de que todo estará bien?
La escritora cubana, que partió en 2006 de ese pedazo de tierra atrincherado por aguas atlánticas y un régimen infranqueable, pone en estas memorias personales e íntimas un dedo que señala no hacia sí, sino hacia el dolor del exilio de tantos, a lo amargo que sabe una huida cuando sólo unos cuantos logran ponerse a salvo. “Qué me queda, Nivaria, / sino esta sed de regresar / y llevarlas / a ellas / Maya, / Odette, / Elena, / Madeline, / Lourdes… // presas de un misterio diferente / islas como tú y como yo / huyendo de un agua / que nos hunde.” La poesía también crea testigos y, más que eso, materializa y pone muy cerca fenómenos que creemos ajenos o lejanos, como la migración. La poesía nos hace vulnerables.
In via, in patria es, en suma, una diégesis guiada por una voz intensa, nostálgica, honesta y llena de claridad. Cada poema es una estampa y cada estampa va llenando los cuatro puntos cardinales con personajes, amores, dolor, y el recurrente sentimiento de saberse ajeno ante lengua, paisajes y costumbres diferentes: “Yo era un ser inmóvil / sin palabra, / ni papel / ni ojo que / mirase / y viera qué miraba”. Las ciento dos páginas son un cúmulo de experiencias recogidas, de inviernos y canículas, olores, esperanzas. Se siente la voz de Mabel como un alto necesario, un balance en verso libre que asimila lo constante del cambio, que da descanso para volver a pisar firme la patria que aún se desconoce.
Sara Regalado (Ciudad de México, 1985). Periodista y fotógrafa. Se desempeñó como reportera, editora y articulista en el ámbito cultural y educativo en el estado de Chiapas, donde publicó reportajes, entrevistas, crónicas, notas y artículos de opinión en el periódico Cuarto Poder y la revista Universa. En esa misma entidad estudió la especialidad en Apreciación Artística, impartida por la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Se desempeñó como coordinadora de Difusión Cultural en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán y publicó diversos textos en la gaceta de esa facultad. En 2015 concluyó el diplomado Comunicación y Filosofía: Multiculturalismo, Conocimiento, Ética y Estética, en la FES Acatlán.