No. 145/RELATO |
|
El nuevo sepulturero |
Fernanda Melchor Falanja Adarce |
Era un viejo macilento. Un carcamal marchito. Era un guiñapo cubierto de sangre y polvo que vagaba entre las tumbas, vociferando pesadillas. Su miserable figura era notoria desde el cerro, aquella breve prominencia que se alzaba frente al valle del río, y sobre la cual montaba guardia Lucio Flavio Domiciano, soldado de la Legión del Estrecho. Ambos se hallaban apostados a lo largo del camino que llevaba a la aldea. Flavio vigilaba el tránsito mientras calculaba la distancia que separaba su lanza de la nuca del sepulturero. Éste, habitado por demonios, hendía su propia carne con piedras y huesos, ladrando versos que hacían llorar de espanto a los pastores. Cierto día, el legionario observó la visita al campo santo de un andrajoso rabino. Escuchó los alaridos del espectro al humillarse ante el hebreo. El árido clamor subió por el camino. Un hato de cerdos pisoteó la espalda del soldado contra el suelo. Cuando abrió los ojos, Lucio Flavio Domiciano se halló desnudo en medio del cementerio.
|
Fernanda Melchor (Veracruz, 1982). Es licenciada en periodismo por la Universidad Veracruzana y tiene una mención en ciencias políticas por el Institut d’Études Politiques de Rennes. Ha sido reportera y editora en medios de comunicación locales y estatales. En 1995 fue finalista del Premio Sergio Pitol (cuento) de la Universidad Veracruzana. Ese mismo año recibió una beca de Estímulo a la Creación Artística del Gobierno de Veracruz para escribir la novela inédita Morir en viernes. En 2002 obtuvo el Premio al Estudiante Universitario Jorge Cuesta en la categoría de cuento. Actualmente es bibliotecaria y docente en una institución de educación superior, y coordina el blog olasdesangre.wordpress.com , especializado en la violencia dentro de la ciudad de Veracruz. Con el seudónimo Falanja Adarce fue ganadora del concurso-taller en línea Caza de Letras organizado por la Dirección de Literatura de la UNAM. |