| No.142/POESÍA |
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Minimás y poemas
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Carmen Camacho |
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Quien esté libre de significado, que tire la primera sílaba.
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Acostumbra Saturno, cuando devora a sus hijos, tomarse luego una cucharadita de Primperán.
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Con suerte y un poco de pesticidas, nuestra mirada servirá un día de abono a los melocotoneros.
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Hay hombres de niebla. Por dentro. Por supuesto.
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Los necrófilos y sus amantes póstumas.
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Para no perder el equilibrio interior, es conveniente llevar siempre abierta la funámbula sombrilla de papel.
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Fernandez Retamar: sugestivo y floreciente nombre.
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En la aldea global también están los tontos del pueblo.
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Mis queridos poetas de la aldea global: donde dije audiencia quise decir ausencia.
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Arquímedes, cariño, derrámate.
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Mi poeta amante, al que tanto quiero y prologo: yo ya no sé si besarte o ponerte una nota al pie.
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Orgasmo, la pequeña muerte.
Entonces:
Masturbación, el pequeño suicidio.
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El amor es siempre un sinónimo. De otra cosa, pero siempre sinónimo.
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El insoportable olor a madre de los cajones de las mesitas de noche.
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Las fronteras están para saltárselas.
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Mi cuerpo del delito, tus huellas digitales.
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Me poso en tus ojos
para descansar.
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La luna para quien la contempla.
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Amor con amor se paga: interesante ajuste de cuentas.
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Material de oficina
Es imposible que se pierda
—se dijo, cogiéndose otra vez
en un despiste—.
Carmen tiene que estar,
la dejé entre los papeles.
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Todo lo contrario
Ajusta la nariz a las gafas
arrima la vida a la hipoteca
dale la espalda al poema:
esquiva tu sangre como puedas.
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Mauritania
Mi padre me ha contado que en Mauritania
se juntan
Desierto y Selva.
En Mauritania y en otras mujeres por el estilo.
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Life poetry under eyes…
Poeta Salvavidas
situado debajo
de la parte posterior
de su aliento.
de Instrucciones de vuelo
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