No. 142/POESÍA |
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Tres poemas
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Víctor Cabrera |
Circuito interior
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para David Huerta
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Y al cabo de los años,
un día te descubres
siguiendo el llamado de la sangre
que sin decirte
—puntual telegrafía—
te dicta el otro paso
y el otro
y el otro
y el siguiente.
Destino: fe de linfa,
perpetuo redactor de despedidas:
No vales más aquí que en otro suelo.
Sólo ella permanece sin quedarse:
se cumple en su caudal,
en el vaivén erige su circuito:
no va ni viene:
se completa
y al cabo de los años
un buen día
te sorprende siguiéndola
obediente
lebrel
tras la huella
de tu sangre.
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Noia
largos días iguales
a otros días iguales
cúmulos
rimeros de días
iguales a otros días
no llegan y se van
no pasan
se quedan y se estancan
permanecen
son cajas
se apilan en el alma
y pesan
y colman las estancias
son tardes como hoy
sin noches
sin mañana
y pesan
se apilan como cajas
y duelen
y anuncian las mudanzas
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Ducha
para Fabio Morábito
En el piso de arriba alguien se baña,
alguien ahí se lava de su sueño
a orillas de mi insomnio.
Yo escucho el agua nacer en el silencio,
poblar los muros de líquido reposo,
ganar la tubería como una savia.
Un musgo que así creciera hacia la entraña:
tranquilo, elemental, pero constante.
Un arroyo que así nos habitara.
Alguien se baña un piso más arriba,
más alto alguien entona la mañana
y al hacerlo, sin saber,
me purifican.
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