Esta antología es una muestra de la diversidad y riqueza de sabores y voces latinas en la poesía. Al leerla, al hojear entre los cincuenta y cinco poetas latinos aquí reunidos, es claro que la poesía latina no sólo trata temas de identidad y política, sino también temas de vida, naturaleza, humanidad, amor, guerra, paz, muerte. Estos poetas crean con palabras imágenes, sonidos y sensaciones únicas; algunos nos hablarán o nos gustarán, otros no. Es poesía, al final, sin calificaciones.
Algunas de las voces son suaves, hablan despacito con palabras cortas. Julia Álvarez recrea la sensación de viento en su poema “Storm Windows”, en el cual busca subir una escalera como su madre para lavar ventanas y luego subir más allá: “beyond her reach, / her house, her grounds, her mothering”.1 El poema de Lucha Corpi, “On Being Alone: Berkeley, 1969”, es mesurado, callado, y el dolor pasa por entre las grietas de las palabras: “a small crack in my stomach, / the pain of knowing he was not mine, / the ray of light from a star, / a band of wakeful raccoons”.2
Algunos hablan con ritmos y palabras que recuerdan otras tierras: “Coca-Cola and Coco Frío” de Martín Espada, el “agua sagrada” de Demetria Martínez en “Discovering America”, el ritmo sensual de Naomi Quiñónez en “Ay Que María Félix (or Maria Was No Virgin)”. Otros utilizan otro lenguaje: “Southern California Nocturne (Circa 1964)”, de Juan Felipe Herrera, es un poema en prosa; palabras que salen con ritmo callejero sin parar: “He used to come pick me up in a baby blue TR-3 Triumph and we’d spin out to the East side of the city and shoot a funny 30-30 that some Chicano crazy on german marches gave you.”3 Jimmy Santiago Baca utiliza un lenguaje similar en “from Poem VI” y “from Poem XXIII”, donde las palabras resbalan con sencillez para crear melodías de gente conocida: “‘Hey fella! Trees need pruning /and the grass needs trimming!’ /A man yelled down to me”4 y “Pancho, the barrio idiot. / Rumor is that una bruja from Bernalillo / le embrujo. /… You always fill my heart Pancho / with delight”.5
Hay poemas que hablan específicamente de la identidad chicana. Gina Valdez, con su “English Con Salsa” y “Where You From?” lo hace elocuentemente: “Welcome ESL 100, English Surely Latinized, / inglés con chile y cilantro”,6 y “the word fron / tera splits on my tongue”.7 Francisco X. Alarcón no usa más de dos palabras por línea en “Shame” y “L.A. Prayer”, pero parece decir más, con “I washed / my arms / scrubbed / my face / … / but / my skin / only got / redder / I was / just / another / itching / brown / boy / getting / ready / for school”8 o “matches / amidst / so much / gasoline”.9
La poesía de otros, como Lorna Dee Cervantes, en cambio, no es “obviamente latina”. No utiliza necesariamente palabras en español, no habla de la identidad, ni tiene mensaje político. Sus palabras fluyen y se mueven solas, y aquí son de amor, de pasión, de la angustia del poeta: “Speak easy, speak / spoken to, speak lips / opening on a bed of nails”.10 Aún así, ésta también es poesía latina, porque Cervantes, igual que los otros cincuenta y cuatro poetas incluidos en esta antología, es de origen latino, de origen estadounidense, de origen poeta.
|