Moraleja
Vivir así es hacerlo
a filo de navaja
y el miedo
sólo un vértigo en la sangre
y poco ayudan en la lid
la edad
y el excesivo tonelaje
más valdría
volvernos al reposo
al recuerdo de noches menos arduas
cuando era el músculo
un émbolo aceitado
moldeado en el rigor
contra las cuerdas
(lo mismo el gladiador
que la puta de abolengo)
Pero el cuerpo llega el día
en que da de sí
se expande
los goznes se le herrumbran
las bisagras
se avinagran
la carne y los humores
y el alma
…mejor no hablar del alma
Rudos vs Técnicos
Donde se hallen enemigos ellos son
los más fieros que se hayan enfrentado,
pues el odio del uno a otro costado
les habita el rencoroso corazón.
Quien los ve batallar en el cuadrado
proscenio de la arena no pensara
que aquello que los une y los separa
la sangre es que los siglos no han secado.
Lucharán hoy a dos de tres caídas,
el encono, si nuevo, siempre el mismo,
abrirá esta noche las heridas
que dejara el fraterno cataclismo.
¿Podrá Abel derrotar a su homicida,
o Caín renacer desde el abismo?
(de El libro de la arena [inédito])
Mudanza de las cosas
Toda llegada anticipa una mudanza,
cada sangre se sostiene en su latido
—y en ese fluir se advierten los signos del traslado.
Apenas su tosca mansedumbre pisa el suelo,
las cosas urden ya la escapatoria:
en sus vetas la madera traza rutas de salida,
dibuja el tiempo en el tapiz de los sillones
el mapa y la escalera.
No envejece en su sitio la moldura:
madura la ilusión de un nuevo muro
hasta el día en que
—podrido—
cae un fruto del cemento.
Casa vacía
Liberada del peso de las cosas
la casa es apenas su recuerdo:
un cubo inhabitado de memoria,
el vacío escondido tras el eco…
Y el eco, ¿la sombra sonora de qué cuerpo?