No. 124/EDITORIAL



Esta edición abre, como siempre, con nuestro Árbol Genealógico. En él presentamos “Divino tesoro”, fragmento de un relato de mayor extensión que forma parte del proyecto de Bernardo Ruiz para el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Ruiz, narrador de reconocida trayectoria, partió precisamente de esta casa hace muchos años, al publicar su primer libro, Viene la muerte, en las Ediciones de Punto de partida.

El caso de este autor no es único: muchos han comenzado en esta revista su vida en la literatura, y hemos querido reunir en este número que marca el principio de nuestro tercer año como editores de Punto de partida, a una serie de jóvenes escritores que han navegado con nosotros en esta empresa, a veces a contracorriente, las más con viento a favor. Así, ofrecemos a nuestros lectores una muestra del trabajo poético de Zaidec Stavelv, quien hace algunos números nos contactó desde la Universidad de California en Santa Cruz y cuyo trabajo ha representado un grato descubrimiento para nuestra publicación, y de Elman Trevizo, estudiante de la Universidad de Chihuahua, quien resultara ganador en nuestro pasado concurso. Además, los relatos de tres jóvenes escritores que dan cuenta aquí de un oficio ya notable: Gerardo Piña, Diego Velázquez Betancourt y Humberto Macedo —este último ganador del Premio Juan Rulfo a primera novela; una crónica de la vida en los centros comerciales, teñida por la ironía de Edgar Mora, también ganador en otro de los certámenes convocados por Punto de partida, y una novedad en el índice: la entrevista que realizara Rodrigo Martínez al cuentista y maestro de escritores Guillermo Samperio.

Y a propósito de nuestro concurso literario y gráfico, nos enorgullecemos de la respuesta a la última convocatoria, que cerró el pasado 30 de enero con más de 700 trabajos participantes, lo que da fe del interés de los estudiantes por las letras y las artes gráficas en una época en que la lectura pareciera a veces un artículo en desuso. Esta importante participación de las nuevas generaciones nos impulsa a seguir adelante en un proyecto que es ya una tradición en la vida universitaria.