No. 118/POESÍA |
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Fulgor del mal (fragmentos) |
Pedro Asencio |
ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MÉXICO |
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Nocturno
—Imperio de la poesía eficaz y ligera
que une la idea con las cosas del aire, que disciplina el arte y los nombres—. Creía que México era de una sola historia y maíz prieto nutriendo sus mares y su cielo. Pero ama poco, esconde en todas partes la muerte y es sangre y nada más que carne. País que confunde los rostros, que ensucia cualquier sustancia, patrón de horrible voz que grita las peores palabras y crea las esencias más efímeras, invadido por tiranos yanquis y economistas de mierda. Estoy condenado a ser de tu raíz, de los que miran sin esperanza, de los que son ceniza que ríe, sólo para esperar la muerte que matas. Humedad y tristeza Humedad y tristeza. Recintos finales de cualquier espacio. Vidas truncas a mitad de un país desplomado. Ríos sucios, inútiles, varados. Estamos tocados de un nervio eléctrico y oscuro. Mexicanos sin rostro, hostiles, desolados. País de silencios y guerreros malheridos. Tan ausentes unos de otros. Hablantes de misterio —fornicadores de noche— contando historias llenas de sangre y reptiles. El pasado nos acusa: para qué seguir punzando el último nervio oscuro y destructor de los secretos, destructor de la belleza y del saludo sin ecos. Se derrumba la mentira de la madre Tonantzin Guadalupe y sus pies apenas la sostienen sobre los musgos y la ruina. Olor a humedad y lluvia que nos esperan escondidos en los rincones del aire y la pobreza. Dolor de no encontrarnos, solos sin remedio, dimensión extraña frente a nosotros. Mexicanos hechos de angustia y sudor fúnebre. País de justicia desierta y palabras flotando.
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Grabados de José Pool Ojeda, ENAP |