Cercado por lo que digo
Por un ciego resplandor en mis palabras
Que no te dicen
Que no saben cómo llamarte
Ni pedirte que te quedes…
Nacido tierra adentro
En un lugar siempre nublado y alto
Te da vértigo el descenso
La amplitud de la llanura
Y la certeza que sólo da la orilla
De estar ante el umbral de todo
Un oscuro filamento
Abrasa la mirada desde entonces
Cercado por lo que dices
Por un ciego resplandor en tus palabras
Que no te nombran
Que no saben cómo llamarte
Ni pedirte que te quedes
Hoy buscas llegar más abajo
Hasta el mar que desconoces
El umbral, acaso
De un oscuro oleaje.
Callado el canto en la hora más alta de esta noche
Escribes tu nombre
Una astilla ardiente
de fulgor robado.
AMANECE bajo la lluvia
Un olvidado margen
Donde la bruma
Y la muda luz aún de la noche
Son testimonio de la aparición del liquen
Sobre la roca
Mientras que otra herrumbrada sal
Embiste de pronto el filo de la página
Y de la lengua.
NO SERÁ DE LA ARCILLA del estero
Ni de la espuma del río
Y tampoco de la arena del litoral
Esta quieta mancha
En tu embravecido corazón
Que nada dice a la memoria
Sino un relámpago de penumbrosa agua
Lo que alumbra en silencio la mirada.
No será nunca lo que se ha escrito
Ni éste el momento
Suficiente llama
Para abrasar la noche
Y el testimonio de tu oscurecida palabra.
HAY LUGARES
como un espanto
o como un temblor
a los que no podré volver ni una vez más esta tarde
ni mañana…
es mi escritura, aunque casi no escribo
sino solamente espero
un espanto o un temblor que siempre se demora
pero hoy he regresado a tu casa
y al mudo oleaje que la habita
y a veces nunca llega.
Contracanto
Abrasado por lo que dices,
por el oscuro oleaje de un umbral olvidado,
sólo bastaría un momento para recoger el cuerpo
y andar abajo, abiertos,
las calles desoladas,
la noche aquella
donde el mar...
Sólo un momento más
para hallar aquel destello
que ciegamente brillará en nuestros nombres
antes del alba.