El cansancio de la noche
También la noche tiene su cansancio, un cansancio virtuoso en que la rigidez de la oscuridad cede a una total ligereza. Entonces la noche se extiende sin peso alguno, certera, como una inteligencia que se aclara en la fatiga. La noche es una inteligencia bajando despacio de su recámara aérea, y los objetos del mundo levitan inmóviles, respiran profundo sin necesidad de aire. Los jardines se deshacen de sus rocas incómodas, avanzan rápido hacia la luz de los faroles; las estrellas crujen tranquilas, tienen los párpados irritados de tanto estar velando. Los ríos se estiran, se desperezan, quieren detenerse para tomar una siesta. Y el aire ya no tiene fuerza, quisiera que los árboles se mecieran solos, que las hojas llegaran al suelo por su propio pie.
Una sensación de alivio empuja a la calle; los árboles, bobos, se distraen con un cielo que bosteza en su negrura.
También la noche tiene su cansancio, y es entonces que amanece: la realidad se da de golpe, despierta con el pelo enmarañado, desnuda, con la piel rasposa y la boca seca, llena de pájaros.
Una seña
En la iluminación
cualquier punto de la realidad
es una seña:
el ave quieta mirando la ciudad
deshabitada
los cables de luz
la niña dejando volar su falda
triste
los tanques de gas a la espera
del diluvio
la carretera vista desde el cementerio
los buques de petróleo cubiertos
por la nieve marina
la cancha seca en la que ya crecieron
hierbas
la anciana recorriendo la universidad
vacía la tarde de un domingo
el cráter de un volcán cubierto
por el pasto
la paloma ahogándose en las aguas del tinaco
la carta que no se abre, consumida por el fuego
la mujer que espera desnuda el contacto agresivo
de otra piel
la niña que abre las piernas por primera vez
mientras percibe el olor de la llovizna
el hombre que lee una nota de periódico y más tarde
se suicida
el hombre y la mujer que se miran en una
pausa más allá del tiempo.
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Leopoldo Lezama Contreras (Ciudad de México, 1980). Ha publicado en diversas revistas, suplementos y libros colectivos del país. Ha trabajado en el Fondo de Cultura Económica y en Random House Mondadori. Actualmente colabora en La Gaceta del Fondo de Cultura Económica y coordina el taller literario de la Asociación de Escritores de México.
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