Sueño / No. 224
Sueños y profecías
Sueño 1
Un hombre se acerca sigilosamente al cuerpo sin vida de un perro, levanta los brazos y comienza a saltar. Da vueltas y grita como un trastornado mental. Los animales de los alrededores se ponen en círculo y comienzan a girar hacia la derecha, ninguno se detiene y siguen un orden perfecto. Parece un ritual fúnebre. El hombre se arrodilla con las manos cruzadas y observa el cielo.
—Ten piedad, por favor, ten piedad.
Los animales hacen toda clase de sonidos agónicos.
El cielo se oscurece y deja entrever sus lágrimas venideras.
—¿Es así, Dios?... Pues que así sea.
El hombre se acerca al cuerpo del perro y comienza a devorarlo. Los demás animales chillan al ver esta horrible escena y se comen al hombre.
Profecía 1
Una mujer gorda sentada en medio de una laguna comienza a gritar.
—¡Los hombres ya no serán hombres, ya no serán dichosos, ya no tendrán vida! ¡Cuando los pájaros canten, el ser llamado hombre desaparecerá y se volverá su opuesto, lo que es Luna será Sol, así como lo que es Sol será Luna!
Sueño 2
Miro al cielo, unas gaviotas se encuentran de paseo junto a la brisa pletórica del viento. Una mujer desnuda ofrece su pecho a un cerdito. Mama y mama y no deja de mamar. La mujer me ve y sonríe.
—¿También deseas un poco?
Bailo. Las caderas se mueven, los brazos se sueltan y la mente se expande.
Otro cerdito aparece y comienza a mamar de la teta disponible.
—Ya no queda para ti.
Profecía 2
La mujer gorda sentada en medio de una pradera comienza a gritar.
—Lloverá sangre en los lugares donde la falsa felicidad hace aparición y se desbordaran los ríos donde la pobreza hace sus nidos. ¡Sálvense! Que el rico saldrá intacto de su mediocridad, pero el pobre resultará dañado de su levedad.
Sueño 3
Los espantapájaros tratan de bajar de sus respectivos palos. Algo los perturba. Una voz comienza a espetar;
—En la cima de la tortura, en la cima de la angustia, todos los hombres volverán a soñar con la esperanza.
Los espantapájaros se mueven con más desesperación.
—Soy un soñador.
Una masa peluda se desliza por los pastizales.
—Soy la ley, al que me siga nada le faltará.
Se acerca lentamente a los espantapájaros, que lo miran nerviosos.
—Hijos míos, ustedes están vivos.
Profecía 3
La mujer gorda camina cerca de una granja. Mira al cielo y pronuncia:
—A las personas que tienden a hablar con elocuencia y de cuya respiración sale un aire intelectual les caerá algo más allá de su comprensión. Sólo los tontos podrán entender lo que los intelectuales no pueden. No pido sangre, sólo redención.
Sueño 4
La mujer gorda se baña en un pequeño arroyo. Siente la presencia de alguien.
—Si mi cuerpo te ha de nutrir, adelante, poséeme.
Un silencio acosador se presenta.
—Si sólo fisgoneas, anda y vete de aquí.
Mira su reflejo a través del agua y comienza a llorar.
—Si tan sólo alguien lograra entender todo lo que acontece hoy, pero no… Sólo hay bruma en sus ojos. Hijo mío, te he fallado.
La cruz en el cielo sangra a cántaros.
Profecía 4
Duermo con placidez mientras el fuego consume mi cuerpo lentamente. No hay dolor, no hay temor ni angustia.
—Por primera vez puedo dormir en paz, sin necesidad de pensar que al otro día me levantaré —me digo.
La señora gorda comienza a llorar.
—Hijo, no te vayas…
No me iré, madre.