Suerte / No. 232
El horóscopo del afortunado
I
Las diosas juegan cartas:
el azar es un camino cultivado por estrellas
y mi sino es recoger
cada
fruto
cada
huella
y la suerte
que la luna en su elíptico destino
prodiga en sus facetas.
II
Las diosas juegan dados:
lanzan sus cometas
sobre el terreno lacustre del zodiaco;
las Parcas hilanderas
por los ojos de agoreras
gitanas
hablan
cuando éstas ven en los caminos de la mano
los surcos que el pastor de astros impone a los mortales.
Arcanos indomables:
La hoz y el loco para cada enamorado.
III
Las diosas juegan bingo
y también tiran las canicas,
planetas labradores de destinos,
en la tersura calendárica del cielo.
Mientras, nosotros sorteamos el camino:
interpretamos siempre su imperioso designio.
Y así vagamos, tal vez, como profetas,
examinando los celestes resplandores
con sólo la certeza de un asunto,
la fortuna nos alcanza en algún punto:
se enfrían porque nacieron
las reinas y emperadores
y hasta los chicos con suerte
bailan con la muerte.