Suerte / No. 232
Un autobús atrapado
un niño dibuja a dios
con el vapor del vidrio
y dios no le responde
hace gotas empañando
el tráfico: enfrente
de sus letras alguien
le devuelve el saludo
y sonreímos
desde el interior
lo que no
decimos de niños
un día vuelve a la boca
cuando estás empañado
por eso pregunta cómo
llamas a las cosas
transparentes quién
apaga las luces
cuando mamá se queda
dormida
nos despedimos:
al dios nuestro
nadie lo borra
lo abandonamos
en el cristal