Tiempos de Desencanto / No. 216
Costas de Midway
Por descuido, sin enterarse siquiera,
los hombres asesinan a cientos de albatros
en las costas de Midway,
que en busca de alimento sumergen los picos
en las turbias aguas del destierro marino.
Qué triste y qué grotesco
resulta el descenso de esta dinastía celeste,
cuando en tiempos mejores acompañaba orgullosa
la procesión de los barcos a mitad del Pacífico.
Ni el torpe movimiento de sus grandes remos
resiste ya sobre la arena;
tan sólo el asqueroso cúmulo de plumas
y porosos huesos, nutridos de asfixia
por los desechos de las grandes ciudades.
Amanece, y da lástima pensar que los albatros,
antes dueños de tormentas y canciones,
sigan siendo el tópico más preciso
para describir a la estirpe lírica
que a diario perece, contemplando el hastío
que no detiene su oleaje.