Carrusel / Bajo Cubierta / No. 218

Ecos de un patrimonio

Campus Central, Lecturas de un patrimonio vivo
Facultad de Arquitectura
México, 2019


Cuando uno estudia o ejerce la arquitectura es imperativo que antes de cualquier rayón, de cualquier idea conceptual o concreta de construcción o diseño, uno aprenda primero a escuchar, a pararse fijamente en un espacio y entender qué es lo que está diciendo. Sus cualidades y necesidades, sus vivencias y estados físicos, expresados por el mismo edificio a través de su uso, hablan mucho más de lo que uno podría pensar en primera instancia. La voz de un edificio es algo real y tangible en la arquitectura, y aprender a escucharla es uno de los primeros retos con los que los estudiantes de Arquitectura nos enfrentamos.

Quizás, de manera intencional o no, nuestro primer orador suele ser nuestra misma universidad. Desde el primer día como estudiantes, sus edificios y caminos nos hablan de un mundo nuevo y desconocido al que estamos a punto de adentrarnos. Los caminos desde el metro a las diversas facultades, los espacios enormes de esparcimiento y descanso, y las grandes aulas y bibliotecas que albergarán nuestras clases nos gritan y susurran experiencias pasadas y futuras que haremos nuestras durante los próximos años.

Por ello no extraña que la UNAM y la propia Facultad de Arquitectura, en las vísperas del décimo aniversario del nombramiento del campus central de Ciudad Universitaria como patrimonio cultural de la humanidad, regresaran a escuchar su voz lanzando una serie de librillos que giran en torno a la historia de CU y su patrimonio. Pero con una clara distinción: muchas, si no es que la mayoría, de las publicaciones que abarcan la historia de Ciudad Universitaria a lo largo de los años tienen un claro enfoque académico. Se habla de y se escucha a Ciudad Universitaria a través de las voces, vivencias y sentidos de profesores e investigadores de esta universidad y de la facultad. Si bien esto no es, de ninguna manera, reprochable, sí incita a preguntarse: ¿Qué pasa con las voces de los estudiantes, aquellas que viven y habitan CU día a día? ¿Acaso no tendrían que escucharlas a ellas también? ¿Acaso estos librillos no deberían estar compuestos por ellas?

Éste es el eje principal de Campus Central. Lecturas de un patrimonio vivo, editado y publicado por la Facultad de Arquitectura en 2019. Mostrando su verdadera intención desde su diseño editorial, esta colección de 19 librillos —cuyas dimensiones remiten a la bitácora de un estudiante—, compuesta por un equipo de 27 jóvenes arquitectos, reúne ensayos y escritos de estudiantes de la Facultad de Arquitectura acerca de 19 edificios emblemáticos del campus central original.

Con trabajos de estudiantes, recién egresados y titulados, Campus Central abarca una perspectiva amplia. Cada librillo es diferente, con enfoques que van de la experiencia personal hasta el análisis rígido de los valores arquitectónicos de cada edificio, pero siempre unidos bajo un mismo hilo rector, producto del diseño de la colección. Si bien la variedad de estilos en los textos puede llegar a sorprender al lector, ésta ayuda a entender las diferentes visiones que tenemos acerca de nuestra universidad, y contrapuesta con las demás publicaciones académicas, Campus Central resalta por ese mismo hecho.

Empezando por edificios emblemáticos como la Rectoría, la Biblioteca Central y el Estadio Olímpico, los librillos de esta colección nos llevan por un recorrido completo de Ciudad Universitaria, llegando incluso hasta aquellos edificios que, con el tiempo, han quedado olvidados en la historia, y cuyos usos actuales no tienen relación alguna con sus primeras intenciones. Edificios como el proyecto del multifamiliar, las habitaciones para estudiantes y el Club Central son algunos de los que esta colección, una de las pocas publicaciones donde son mencionados en la historia del campus, busca explorar y comprender.

Íntegramente ligado a las voces y enfoques de la colección, el gran valor de Campus Central también recae en su trabajo de recuperación e investigación iconográficas. Cada librillo incluye una recopilación de fotografías antiguas y actuales del edificio que aborda: algunas obtenidas del Archivo Histórico de la UNAM, otras capturadas a través de una toma fotográfica especial de todo el campus —utilizada para actualizar el antedicho acervo fotográfico—, así como planos originales de los proyectos, publicados en diversas revistas de arquitectura por quienes diseñaron el campus en su época. De igual manera, estudiantes de las facultades de Arquitectura y de Artes y Diseño produjeron —específicamente para esta publicación— diversas ilustraciones, esquemas y planos de los edificios, al igual que el propio diseño editorial.

Así pues, Campus Central logra de una manera muy acertada, pero aceptando las limitaciones que esto conlleva, alzar las voces de los estudiantes hacia aquellos espacios donde pocas veces podíamos encontrarlas antes. Al ser la única publicación dedicada al décimo aniversario del nombramiento —cumplido en 2017— del campus central como patrimonio de la UNESCO, y a su vez ser una publicación universitaria seria cuyo núcleo es la labor de estudiantes y recién egresados, la colección destaca como un verdadero trabajo en el que maestro y estudiante colaboran, y donde sus palabras se mezclan sin diferencias ni jerarquías.

Aunque sin duda es de destacarse, el principal valor de Campus Central. Lecturas de un patrimonio vivo no recae en exponer y publicar —bajo las mismas condiciones con las que se publica a sus docentes— a diversos estudiantes y sus puntos de vista, sino en que escucha las diversas voces del campus y sus edificios. Escucha, para así demostrarnos, bajo las letras de quienes habitan cotidianamente Ciudad Universitaria, que muchas veces olvidamos y pasamos por alto estas voces entre el ruido exorbitante de nuestras vidas.