Placer / No. 231
Un morro de Grindr cuyo nombre no recuerdo
Todo cabe en un culito sabiéndolo lubricar.
César Cañedo
César Cañedo
I
Ayer mi cama se acostó junto a ti
me dijiste que el culo tiene memoria
Yo tenía poco tiempo
antes de que llegara mi mamá
en pocas palabras
la casa vive en soledad la mitad del día
me distrajo
tu mano buscando los condones en el cajón
el lubricante con su sabor rojo
el temblor de tus pies
el baile de tus pupilas
esas palabras que vibraban
en el húmedo balbuceo de las horas
Tu voz no hacía otra cosa que hundirse
descomponerse
muy en el fondo
Llegué hasta la Cicatriz de la memoria
y me distrajo
tu forma física
Olvidé el aroma de la luz
pero ya era hora de irse
A pesar del cuarto como un espejo de sonidos
escuchaste
a la noche murmurar
Estaba encima de ti
afinando esta metamorfosis llamada caricia
Contigo me di cuenta
de que todas las cosas se abren
Mis respiraciones
se volvieron líquidas
mi cansancio se hizo agua
¿Por qué tenemos
esta forma de despejar el ser?
esa retórica instantánea
Alberto C/L
Edad 19
Tribes Twink
Rol Activo
En busca de Este momento
Encuentro en Mi casa
Un cuerpo
no dejará de ser sólo eso
un cuerpo
Ahora
acostado
de frente
a tu espalda
blanca sombra palpitante
que se pierde en la continuidad del muro
respiro
estas voces
como máscaras en una flor de rostro anónimo
que ásperas en tu oído te recorren
florecen y se marchitan
se regocijan en su palpitar
se mueven
arriba
abajo
Tersa la humedad simiente
de esta
oscuridad que se empuja
hacia dentro de sí misma
Soy
la escultura de sal que se adentra
en las cumbres hundidas de tu cuerpo
El tacto
el sudor
la voz
el orgasmo
la piel derramando su caliente emanación
El pulso
el movimiento
la sal
el gemido
La caricia como una sustancia de silbos salados
El roce
el espasmo
la convulsión
El clímax
La sed genital
el líquido sentimiento de la carne
un cuerpo
II
Ahora
acostado
de frente
a tu espalda
blanca sombra palpitante
que se pierde en la continuidad del muro
respiro
estas voces
como máscaras en una flor de rostro anónimo
que ásperas en tu oído te recorren
florecen y se marchitan
se regocijan en su palpitar
se mueven
arriba
abajo
Tersa la humedad simiente
de esta
oscuridad que se empuja
hacia dentro de sí misma
Soy
la escultura de sal que se adentra
en las cumbres hundidas de tu cuerpo
III
El tacto
el sudor
la voz
el orgasmo
la piel derramando su caliente emanación
El pulso
el movimiento
la sal
el gemido
La caricia como una sustancia de silbos salados
El roce
el espasmo
la convulsión
El clímax
La sed genital
el líquido sentimiento de la carne