Efectos colaterales / No. 233
Por favor, no salga de su casa
Una tarde el carro con sonido anunció:
Por favor, no salga de su casa.
De haber sabido que sería
mi última vez
en la normalidad
hubiera buscado la manera de
registrar el momento antes.
No me valieron de mucho
los horóscopos ni los oráculos
evangélicos en los titulares de los periódicos
para predecir lo que vendría.
Una tarde el carro con sonido anunció:
Por favor, no salga de su casa.
Pero quiso decir: sal y disfruta,
deja que la montaña de pendientes
del trabajo por el cual te sacrificas
vaya a Mahoma, renuncia
a ti misma, no, ve,
respira sin cubrebocas,
visita a tus seres queridos
abraza a tus amigos
pasea a tu mascota
come en tu restaurante favorito,
ahora que todavía puedes.
Vendrán días difíciles:
te correrán del trabajo por no ser
lo suficientemente virtual;
el despido injustificado te arrebatará
no sólo tu independencia económica
sino también tu paz.
Perderás a tus amigos por confinarte
hasta el fondo de ti misma.
Te aferrarás a la patita de tu mascota,
temblando de miedo al ver
el panteón del 2020 lleno de muertos familiares
abriendo huecos
en el estacionamiento del 2021 y 2022
para meter más.
Intentarás hacer meditación y yoga
pero sólo ganarás una lesión cervical
un dolor crónico
un recordatorio
constante
sin fecha
ni nombre
de que antes sí
y ahora
Esta tarde el carro del sonido anuncia
el retorno del circo:
Señor, señora, salga, lo esperamos.