POESÍA GUATEMALTECA ACTUAL / No. 190 |
Wingston González |
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un acto que va a estallar como una fiesta de aldea como si fuera un barco conducido por el conde Drácula por una pantalla plasma de 22 pulgadas hacia una isla desierta como la literatura misma entre las nubes aparecida escucha la clave/ tac/ tac/ tac/ tac tac no las trompetas, la clave las que guardaban mi voz de que cruzara el mar hacia Livingston donde me esperan aún columnas griegas que sostienen al poema nacional, eran hermosas señoras y señores, hermosas, de verdad se reunían en los bares y bailaban todas las noches fullon, toda la noche lámpara para esos días, eran negra mesura cadencia preguntas lindas muy estéticas, putitas para estirar la piel sobre el fuego fluir desde mañana un slogan y Unamuno que no paraba de decir que los Volsvagen parqueados afuera de las memorias eran arriba, arriba y más que también cantaban y hacía brillar los blue jeans de niñas abrasadas a hermosas lunas al hambre lleno de improperios y lentejuelas donde la noche la tienen en sus manos las princesas y sus vidas de óxido o la t.v. ante las rodillas diciendo la lengua en las piernas más arriba los insultos el lugar la altura el animal que se tropieza con el laberinto del mito postmoderno el camaleón de año nuevo que se cae a la ventana y ve a Marlene que dice me crecen alas. doy clases de baile. imparto sufrimiento
es cuestión de circunstancias, de moda demanda inmediata de cariño nacional melancólica armazón funeraria urgida de tango chill session y está ahí la rumba sobre los andamios de la alegría ahí el recuerdo, ensordecedor eco de rascacielos ahí los procesos, ahí las generalidades la dignidad enturbiada de épocas escalofriantes llenas todas de embocaduras falsas y bolsas de té
eso es lo que funciona, está demostrado un día con su nochenena, un día como tren pasando a la orilla de las palabras hechas brillos aburridos donde el paisaje cambia dentro de nosotros
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hermoso es fragmentar la vida propia y caerse en pedazos sobre el papel. Livingston alumbra el mar y qué bonito se |
mira irse. mamá lo pide todo bajo el cielo de lujo y por la tarde suele mirar su telenovela. la ventanilla del barco parecía una t.v. a fullcolor encadenada a un reality show maldito. la mejor venganza es dejar el pueblo chico cada vez más lejos. si ardiera seguiría mi rumbo con calma en la cabeza de las olas. si ardiera mi cabeza sería una canción de Miles Davis. si ardiera sería un cómic de Grant Morrison que dure para siempre. floto. no me despido de nadie ni lloro por nadie. sólo floto. si hubiera llorado hubiera pensado que yo mismo era Dios. sólo Él pudo llorar por este pueblo miserable. sólo Él pudo poner tanto color a una nostalgia imposible. una vela por cada muerto que hay ahí. un espasmo por cada alma violada en sus playas. nunca es tarde para marcharse de Livingston. más aún: siempre ha sido demasiado temprano. porque Livingston es de esos lugares en los que uno debería podrirse en paz. de los que uno sólo debería salir muerto, muerto,
muerto
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