ESTOY en constante huida
por el crimen de un corazón que no recuerdo
voy por un túnel de árboles viejos
siento un aburrimiento de guardia de seguridad
parado todo el día
siento un miedo parecido a las fobias dentales
una frustración de quien nunca aprendió a nadar
casco de motorista herido
me urge hacer algo
asaltar un banco con pasamontañas y pistolas de juguete
atracar un camión blindado lleno de diamantes y ladrillos de oro
la frecuente urgencia del sexo
me tiene los nervios de punta
el amor hace tiempo que lo di por fracasado
por eso no escribo poemas de amor
porque no tengo a quién dedicarlos
como quien no tiene ni un centavo para el pan de la tarde
como quien se levanta asustado y sorprendido
en la cama de un hospital porque ni siquiera sabe qué pasó anoche
No escribo poemas de amor
por la falta de un amor
escribe lo que conoces Manuel tan sólo eso
tan sólo la fractura de la noche radiográfica
tan sólo los frigoríficos abrazos
tan sólo ese alejarse poco a poco de las reuniones familiares
tan sólo ese ausentarse en las protestas sociales con antimotines y gas lacrimógeno
tan sólo guardar el gas pimienta para el asalto a mano armada en los buses rojos
tan sólo seguir escribiendo sobre soledades propias en ciudades incompletas
tan sólo seguir raspando el corazón como cubo de hielo para hacer granizadas de sabores
escribe lo que conoces Manuel
escribe
LOS BARES sólo son
esas copas que dejás sin terminar
la cerveza tibia
la impureza de las drogas
los días sólo son
fechas con mañana / tarde / y noche
las fiestas sólo son
esa multitud de artistas borrachos y calientes
y algo más yo sé que algo más…
manipulamos nuestros títeres en la noche artificial
este momento sólo es
una triste mujer del siglo XV esperando en su jardín
¡vaya dios a saber qué!
estos momentos sólo son
los egos del poeta al firmar sus libros
su narcisismo al leer sus textos
los cuerpos sólo son
esos nudos que se lastiman y se aman
cabeza / tórax / y extremidades
de un robot fuera de serie y oxidado
las colectividades sólo son
vida
veneno
tiempo
destino
son una manzana roja y dulce
mordida: el pecado
que nos condena a lo siguiente
el sexo sólo es
esa gana de masturbarse en nombre de los otros
a salud de los otros
pensando en ellos
en cómo te ponen en cuatro / en dos / en uno
en mil orgasmos
ríos de semen ahogan tu cuerpo
en una noche de juegos sexualmente pirotécnicos
el amor sólo es
una entrevista muy de madrugada
a la que asistimos todos
“muy bien, nosotros le llamamos”
nos dicen en la recepción del olvido
la eterna negativa de los días en espera
la ternura sólo es
un viejo sobre con destino a nadie
sellado para siempre
la soledad sólo son
mis ojos abiertos y tapados con las manos
repitiendo 100 veces
una triste canción de lila downs
(mi corazón está fracturado por la poesía)
la poesía sólo son
palabras encadenadas
que te ponen como grilletes
para después encerrarte en un cuarto vacío y oscuro
donde escuchás una lluvia terrible
golpear las láminas oxidadas del recuerdo propio
mientras pienso
que sólo soy
mis 95 libras exactas de sustancias primordiales
la consecuencia del cuerpo y mis cinco sentidos
sangre / sudor / orina / mierda / saliva / mocos / cerumen / mugre / semen y lágrimas
sobre todo lágrimas de un ratón blanco de laboratorio llamado tierra
la tristeza sólo es
estas ganas de escribir todo esto y mucho más
qué más se puede decir
que no se haya dicho en tiempos anteriores
y lo que vendrán a decirnos en tiempos futuros
mejor dicho:
qué más da que diga todo lo anterior
qué más da que diga lo siguiente
qué más da
no da más
Foto: Cecilia Porras Sáenz
Ambos textos pertenecen al libro El jardín de los infantes locos y la escafandra de oro (Centro Cultural de España/Catafixia Editorial, Guatemala, 2013).
Manuel Tzoc. Su obra se desarrolla en el campo poético / multidisciplinario / experimental. Ha publicado los títulos de poesía Esco- p(o)etas para una muerte en ver(sos) b-a…l…a (Folio 114, 2006), De textos insanos (Santa Muerte Cartonera, 2009), GAY(0) (Milena Caserola, 2010) y El ebrio mar y yo (s.o.p.a., 2011). En 2013 ejecutó, en colaboración con Cecilia Porras Sáenz, el proyecto escénico basado en su poesía El jardín de los infantes locos y la escafandra de oro (Centro Cultural de España / Catafixia Editorial, 2013).