Azulado
Recosté mis ojos en el fondo azulado del arroyo.
Mi sed calló y cayó al fondo y siempre acalla mientras el arroyo serpentea.
Llevo el arroyo arrullado en el fondo de mis ojos.
Mis ojos se vuelven fuente y mi mirada aguas que van a lo lejos.
Canto
Limpiemos en la flauta los agujeros donde la tierra llora.
En el arpa apretemos las cuerdas de los siglos flojos de silencio.
Ejecutemos las teclas de nuestra palabra.
Reduzcamos con hechos los espacios de silencio entre nuestras palabras.
Hay que hablar
Hay que hablar: soltar palabras amanecidas como gotas de rocío al fondo de un silencio en la tierra abierto por una bomba.
Aunque sea
Aunque sea Pero es aquí donde consigo lo que se escasea allá Aunque sea de todas formas sigo deseoso de ser de aquí porque es aquí donde me sobran risas para desenojar a cualquiera porque aquí lavamos miradas enojadas con chorritos de agua que caen de la montaña Aunque sea pero es aquí —entre el color rojizo de la salida del sol— donde pongo en remojo mis ganas de vivir Porque también hablo bajo susurro por no perder mis palabras entre los soplos del viento Y es aquí donde —respetuoso del murmullo del aire— con palabras agregadas cierro alguna grieta que dejó el silencio.
Todos los textos, salvo el último, que es inédito, pertenecen al libro Xik’ej K’al Xe’ej / Alas y raíces (Catafixia Editorial, Guatemala, 2013).
Sabino Esteban Francisco. Poeta y maestro de educación primaria. Durante el conflicto armado interno, su familia se refugió en Chiapas, México, durante dos años. En 1984 regresó a Guatemala para incorporarse al campamento Los Limones de las Comunidades de Población en Resistencia. Ha publicado los libros de poesía Sq’aqaw yechel aqanej / Gemido de huellas (Editorial Cultura, 2007), Yetoq’ junjun b’ijan aq’al / Con pedazo de carbón (Editorial Cultura, 2011) y la antología Xik’ej K’al Xe’ej / Alas y raíces (Catafixia Editorial, 2013). Desde hace varios años ha acumulado experiencia como promotor educativo en el Ixcán, donde ejerce actualmente su profesión magisterial.