Cuanto
no tiene sentido hablar
de si una partícula subatómica
tiene
simultáneamente
una posición exacta
un momento exacto
Las cosas deben decirse
a su momento
dice
y desvía la vista
Elegirse elegido es vicio
Cada cosa en su momento
Cada gesto en su sentido
el abandono
el gozo
la túnica tonada que ciñe y cambia
amante en amado
y muda silente en sílaba salada
la sola sirena de la lengua que ama
lame y no llama
pero sí enciende
con distinto sentido el mundo
Lo que se dice no cubre
Lo que descubre no hace
Bajo las matas
En los pajonales
Sobre los puentes
En los canales
La mirada y su urdimbre de intenciones
las manos los labios insinuando
otro sonido
el borde dentado del sentido
cuando el aire la alcanza con sus lenguas
¿Es un espacio
un momento?
¿ese lugar
en movimiento
un sentido?
¿un universo donde te encuentras
invertida
no vestida
ahí donde te alcanzan las miradas
ondas
círculos tocándote?
no es en la noche lo inquietante
el techo arriba
constelado
es lo que mueve al navegante
si va buscando y no es
buscado
Los sentidos impelen
llevan al territorio
donde ella ríe
toca sus pómulos con los índices
tira de sus comisuras
y promete
de cada cosa hablar a su momento
El mundo existe como una red de signos
El computador muestra en su abdomen
el rumor del sentimiento
el despliegue de los guiños
el acomodo de los intestinos
agitación de sus humores
la convicción de lo probable
Hay una torpeza en movimiento
Decir las manos cuyas alas
rumbo tienden a su boca
O hablar de un futuro como quien la costa otea
de la mar de sus cabellos
oír los ecos
(el hueco rumor de las sirenas)
de las citas
Ese momento
en que se halla y no se rasga
la piel de los sentidos
propone
un sentido
pospone
una cita
Deja que a través de la mirada su cuerpo reconozca
mientras la lluvia con tordos mensajeros anuncia su llegada
y él se marcha
serio silente desolado
vencido por señales tan sombrías
que los chips no reconocerían
esa ocurrencia
que no tiene momento ni lugar
aunque suceda
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