Los edificios abrirán sus poros en la noche
y mostraremos la mitad que hemos crecido,
pues desde que germinó la luz del hombre en su cabeza
inventamos adiós desde la costa
faros radares gigantescos
cigarros a la noche
cualquier luz que supla a la luz que todavía nos falta
Cumbre
En este bazar árabe hebreo neoyorquino de las calles
indiferente a mis rostros más amados
te busco entre la gente
como si corriera en un pasillo despejando miles de cortinas
Llego a la noche alumbrado por estrellas sin oriente
y hay un aire de ti que la delínea
que hasta laten besos en mis sienes.
Si la noche es esta frontera tú estás mirando allá
desde los altos cristales.
De navegaciones
Dormido
ciego sordo y muro
ojo adentro de mi ojo
poza adentro de mi poza
nada una mujer desconocida
verde que no dura Nilo
del que bebo origen cada noche
los árboles corren en mi frente sus grabados
mi mano sueña que escribe
y extiende al buró una joya
envuelta en papel mojado
Vuelvo al agua en amada tutela conducido
bajo un aire favorable
Certeza
Una noche visité el cuarto de una prostituta
—que no era hombre ni era mujer—
Me dijo:
será un cuarto de mala muerte pero es mi cuarto,
la violencia permeaba su voz
era un cuchillo de carne.
Sabía que los hombres no se multiplican,
se suman poco a poco
o los restan de tajo.