el sujeto está en blanco sobre una mala traducción
yo quiero hallar
déjame empezar de nuevo
yo quiero enfrentarme al atardecer
poblar la tajada de alegría
que le reservas al mundo
cuando estás quedo
y se contemplan el uno al otro
cosas ricas al tacto
recuerdo
como a ti
hinchado de amor
mis dedos que aprietan
mis dedos apretados contra tu amor
tanta materia
tanto tú
y esta boca que sólo es agua
claro, así cualquiera
de lejitos
el perro
es un dragón
por eso los colores de esta bestia
se arquean
para asumir la coloratura
de los días
de las noches
a tu lado
un desalmado y rugiente retorno a la querencia
tornasolado de cariño el escamado lomo
en la película del sueño
despierto una vez más junto a ti
faldera
el hocico en los lunares
más abajo de tu nuca
ovillada en tu aroma
enriquecida
preparo los dedos
tu pelo
tu pecho
tu abdomen
entonces
las uñas
las caricias
renuevan el misterio
agua densa
en mis cuencas
De El mundo no es otroa cosa
el trébol que no sabía que tenía la cuarta hoja llena de hormigas bravas
esta historia comienza destruida,
empieza luciendo el polvo
como una capa fabulosa de vaticinador televisado.
se abrocha los pantalones mientras le miro
en mi absurda pose de: ajá, sí, cuéntame.
el texto
como dice que mi maquillaje le destroza su capacidad
de rendirse ante el panorama aguacerado en que se sumió el día,
me lee un poema de leopoldo panero.
lloro profusamente.
cuento las gotas que caen al balcón.
el gato sonríe. yo pienso que lo hace.
nos miramos con tono decaído.
el gato sonríe una vez más.
De El mundo no es otra cosa
no es el final, yet
quien espera las caricias anidadas en la voz
de un recuerdo tenue
como la brisa que nos arropó aquel día
no sé si lo recuerdas
pero
había un sentido de ley quebrada persiguiéndonos
y se hacía siempre
demasiado tarde.
a mí me gustaría que la piel fuera otra cosa
que desaparecieran los edificios de apartamentos y los carros de policía y todo se hiciera natural
y palpable.
yo quisiera palpar al mundo con mi voz.
masticar la escarcha que vas dejando regada cuando nos miramos demasiado cerca.
darle cantacitos a tu pecho
mientras me cantas en silencio.
sacarte de contexto.
hacer un hueco chiquitito que nos guardase sin
que tus hombros estuviesen incómodos.
yo querría morderte, eso sí.
dejar regado el brillo sobre el suelo, para caminar despacio
con una melodía de luz retumbando en la cabeza.
De El mundo no es otra cosa
bonus track of an other
se desenfoca el lente del pecho.
les comento a los hombres tristes
que el color del día me pide
que deje de quererlos.
me le cuadro al color
los ojos en blanco.
el gato frondoso que me ronda
se saca sus matices con la lengua y me los escupe
mientras una mujer que está sentada frente a mí
canta boleros sin desafinarse.
ninguno me pega.
ayudo al gato a que no se ahogue. me da las gracias como dije,
escupiendo una pintura sobre el piso.
la pintura se transforma cada vez que me muevo.
De El mundo no es otra cosa
Yara Liceaga-Rojas. Coordinadora de las lecturas interdisciplinarias/multimedios Poetry is busy (series en boca dura y actividades especiales) desde 2010. Fungió como coordinadora de producción del programa Lexikon (2ª y 3ª temporadas). Ha sido ganadora de varios Emmy y ha presentado perfor-poesía en el antiguo Teatro-estudio Yerbabruja. Actualmente ofrece talleres de escritura y publica mensualmente en la columna de opinión “Buscapié” en el periódico El Nuevo Día. Su primer poemario, El mundo no es otra cosa, será publicado próximamente por la editorial La Secta de los Perros.