El día de mi cumpleaños Plutón dejó de ser planeta.
En los prados silentes del hambre del hombre / Moran un par de verdades absolutas / Tus versos
de un destierro que no llega / Tu tinta maculando mis nudillos con promesas / La sangre
amontonada en la maleta / No quedan ya desfiles ni atentados / Sólo un sopor parecido a una
sordera / La guerra fría de todas las ideas / Repletas de neuróticos amantes sin playera
/ Músicos con unos dedos tristísimos sin playera / Amigos muertos yendo a fiestas sin playera /
Nosotros sin playera infiltrados en la arena / Inventando otra vez la primavera.
El día de mi cumpleaños regálame el ansia de una fuga / En Re menor, al fondo de tu garganta /
Al cuadrilátero de tu mordida, a sus orillas / Regálame todos los discos de Bob Dylan /
Autografiados en rojo por tu boca / Regálame planetas, nebulosas y mareas / Un regalo que sólo
conozca mi cabeza / Un engaño de labios, de jump-cuts y pirotecnia francesa / Y no dejes que
nadie más la vea / Y no dejes que nadie más nos vea / Regálame el ansia de una fuga hacia la
muerte / Mi única certeza.
Lo Itzá se te nota a leguas / Pero su humedad se acentúa con más paciencia en tus caderas / Y
en tu pelo / En tu espalda donde alguna vez se imprimió la galaxia / Y ahí estamos todos, todos
los hijos y los nietos / Si te pones tus gafas podrás ver nuestra casa / La saudade destilándose en
la mesa / Un brindis, una canción que no termina nunca / El queso parmesano a quemarropa /
El pan, el hummus nuestro de cada herida / La voz de Leonard Cohen dentellando en las
ventanas / Erizando las fibras del mantel / Donde murió una copa de vino chileno / Un cachito
de dicha y dinamita, a 60 pesos la botella / El humo asciende, asciende, conoce todo lo que
ignoro / Se mueve tiritando y hace llorar tus ojos / Me quedaré a vivir en el milímetro previo al
beso / Que se apaguen las luces es mi último mesiánico deseo / Te voy a llevar a conocer otra
versión del universo.
La esperancita / Bruja del agua seca.
Y se va cayendo poquito a poco lo que no fuimos / El 10 de mayo de hace quince años, sin un
regalo / Mi madre y el piquete de alacrán entre sus manos / Te olvido o te recuerdo, no distingo /
Somos un pedazo de glaciar que se desprende / La nostalgia de Pangea / ¿Sientes lo mismo que
yo en la caída? / Que al fin en esta depresión post-parto que llamamos vida / En esta muerte
pasajera / Ligera y casi en broma / Al fin y de una vez por todas / Iremos a dormirnos calientitos.
Hablaba de caídas / De que siempre nos han cortado mal el pelo / De mi pulgar en tu boca y que
Sartre era feo / De que su Ser y la nada funciona bien para atrancar la puerta / Para pararnos en
él y vernos mejor al espejo / De una lesión en el pie / De que no me cansa el sexo.
Hablabas de maravilla y hablaba de maravillas / No me juzgues, no tengo la culpa de ser solo /
De la libre asociación de las palabras / De como supernovas el derivar de mi mente / Y de esta
esperancita del amor que tú me das / Que no sé dónde está pero se siente.
Traducido a ningún idioma / Amour Fou.
En la portada del cuerpo puedes leerlo / Amour Fou / En letras grandes pero invisibles / Letras
de leche y miel escurriendo por debajo de tu lengua / Bebed hijo mío, el mundo es tuyo, la carne
es tuya / Los oráculos de oro y mentiritas / Toda la mitología de miles de años de aburrimiento /
Mira cómo se derrite el tiempo, los años arden / Entre una era y otra sólo hay montones de tela /
Y todo lo que fuimos, ropa vieja.
Los mismos de siempre fabricarán precipicios / Osarios para tu disfrute y tu consumo / Habrá
que continuar con la proeza / De guiar las avalanchas a la tumba / Nadie te va a explicar nada /
Eres sólo una mano sin reverso / Un horario diferente a todos los del mundo / Te verán resucitar
al segundo día / En las noticias de la mañana / Te amarán, te odiarán, te tendrán miedo / Nadie
podrá jamás decir tu nombre.
Te han de reconocer en todos los aullidos / Con tus cejas mesiánicas de orden toscano / Todos
esperan la magna respuesta improvisada / Fumar del hashish decomisado al Santo Imperio
Romano / Y bailar y llorar y bailar y llorar y bailar y llorar / Esa hermosa costumbre de no
entender nada / Financiada por empresas refresqueras / Que en sus campañas publicitarias
declaran: / Se queman bibliotecas a domicilio.
No tomar prisioneros.
La década aún retumba en los pasillos / El vertedero incontrolable de todos nuestros sueños /
Las mentiras y poemas, los mangos aplastados en el patio / El añil, la cal en los zapatos / Un par
de Repúblicas Platónicas pagadas por adelantado / Con dinero prestado
Disfrazados de Horacios / Asaltamos dulcemente los cuarteles / De libros empolvados por
comisarios abyectos / Ignorantes incluso de su escarnio / Tomamos por derecho prisioneros /
Que se unirían a las filas de la horda / De caudillos imberbes y sedientos.
La década nos secuestró y no pide rescate / Ni quién quiera pagarlo / Somos los rehenes de los
rehenes liberados / Por eso inventamos el Síndrome de Esta-calma / Imitamos a Houdini desde
entonces / Porque en el cuarto de atrás, el cuarto oscuro / Nuestras ideas incestuosas se cogen
entre ellas / Mientras tanto / Ahí en el relleno sanitario envejece / Todo el pelo que alguna vez
nos cortamos.
Fin de la infancia.
Planeamos otra vez la recaída / El cúmulo perfecto de acciones imperfectas / La danza patética
de nuestros desencuentros / A qué le tienes miedo, a mí o al miedo / Al rescate o al secuestro /
A estar jodidos o a estar contentos / A estar igual, a estar igual, a eso es a lo que yo le tengo
miedo.
Hay imanes bajo nuestros pies, no es un secreto / Un titiritero inverso, inmerso en el subsuelo /
Quién dicta esa sentencia, los egos son panfletos / Yo traicioné a la revolución, lo digo sin
vergüenza / Las utopías me quedan grandes, me vuelan el sombrero / Que si el cabello corto,
que si el cabello largo, que si el cabello negro / A la caída del cabello, a eso también le tengo
miedo.
Venganzas rídiculas, vacías / De hojalata y sin corazón / Burocráticas alianzas, que nos llevan
siempre al insomnio-patíbulo / En la Irreal Academia de Nuestras Lenguas / Coróname,
coróname de espinas ahora / No esperes más, dame mi homenaje en vida: Pendejo Honoris
Causa / Yo llevaré flores a la tumba que cavé para ti, mucho antes de conocerte.
Ya estuvo duro y ya estuvo suave / Tuve suficiente de este deforme de gobierno / De las guerras,
las treguas, los armisticios / Quédate con el imperio / Esta vidurria de dialécticas inocuas / Del
malo contra el bueno, del agua contra el fuego, de indios y vaqueros / Me avalan las encuestas:
Yo tropecé primero.
No queda nada, sólo la leche derramada extrañando a su vaca / La casa que no recuerdas / La
mañana a dos de tres caídas, sin límite de tiempo / Todo, si se ha de acabar se acaba, el cuento
de terror, el cuento de hadas / Y todo es más sencillo, o al menos, menos, cuando no queda nada.
No me retracto, llevo al empeño la medalla que gané en tus olimpiadas / Ya estoy muerto, es mi
mejor coartada / Deserto al desierto / Se acabaron los peces / La bola a la buchaca, la mano
empalmada / Alguna vez pensaron que habría retorno / No hay nada, sólo un coro, un eco, un
Páramo sin Pedro / En tu boca seca una carta en que confieso, mis secretos sin voces / Un par
de sueños atroces / Que darían lo que fuera por ser nuestros.
Robé un elefante blanco para ti, lo fundí, tapé con él mis muelas picadas / Las cosas que se
dicen, los adioses / Los olvidos que se heredan de Pessoa a Pessoa / En el país más idiota del
mundo / Lleno de Juan Diegos de 2 metros de altura / Con un sexo subrepticio estampado en el
ayate / Allá en el cerro, subí al cerro, dancé en la cima del cerro / Vi todas las ciudades, menos
una / Pájaros que volaban a casa y no llegaban nunca / Algunas caras y millones de espaldas /
Me aprendí un par de manos / Vi el amor a los ojos, pero no pude sostenerle la mirada / Daumal
tenía razón, no puedes estar ahí mucho tiempo / Hace calor y frío, hace miedo / Y en ningún
lado venden cigarrillos sueltos / He aquí un último tiro, un último despojo de nostalgia vestido
de consejo / Cuando te canses de oírme hablar del cerro / Es fácil, sube al cerro.
Aquí se acaba mi infancia / Éste es el fin del juego / Hasta la basura se separa.
Renuncia al cargo.
No me da la gana ser un hombre / No me da la gana hacerme cargo / Las ideas, las misiones, el
sano juicio / No me da la gana el mecanismo / Quiero quedarme en casa todo el día /
Masturbándome en silencio / Olvidarme de que existen las mujeres / Los procesos / No me da la
gana el transcurso del tiempo / Las estaciones del metro / Las fases de la luna / Los nombres de
pila, los espejos.
No quiero buscar más / Renuncio a mi derecho / A la búsqueda incesante de los hechos /
Renuncio a las calles que conozco y a sus perros / Al año en que nacimos y al imperio / Al brillo
en tus pupilas y la sangre en tu cuerpo.
Recuerdo bien lo que decías, no olvido tus palabras / Enseñar a Proust y a Dostoievski en las
primarias de México / Que Reyes y Paz fueran asignaturas obligadas / Piénsalo bien, ¿Cómo
podríamos, entonces, burlarnos de los que son más tontos que nosotros? / No sería especial lo
poco que sabemos.
Renuncio a mi renuncia / No me da la gana ser congruente.
Te siento japonés.
Míranos otra vez, perdonados y felices / Ustedes siempre un poco más reales / Ustedes siempre
un poco menos solos / Míranos otra vez, qué maravilla / Cortando el césped de la alegría perdida
/ A la caricia rota en la camisa / Acurrucados contra las cornisas / Del fin del mundo y sus siete
u ocho maravillas.
No había soñado tanto desde entonces / Una versión más novedosa de la muerte, que supone /
Las escapadas nocturnas al bar La Pesadilla / Que incluye, a modo de cortesía / Visiones varias
y heridas las lamidas / O lamidas las heridas / O todo lo que se te ocurra a ti también.
E quem sabe então Cozumel será alguma cidade submersa.
Tengo lo que quieres / Lo que todos quieren / Saliva / Hay quien dirige países enteros con saliva
/ Que lanza a la guerra a todo su pueblo / Sin miedo y sin retorno / Hay quien da la vida, quien
da la muerte / Por saliva / Y si acaso juntaras la tuya con la mía / No te das cuenta / Que hasta
los muros más altos tiritan en el agua / Hundiríamos la luna / Podríamos ser dios / O aún mejor /
Una humedad / La edad de una marea. /
Oceánica, impasible / Copépoda irresistible / Te filtraste entera / En mis poros / En la boca de
las ballenas / Iridiscente / Un destello aéreo / Un mahi-mahi disfrazado de altocúmulo / Una
manchita de aceite en un charco / Que te refleja a ti misma en lo más alto. /
Has nadado de noche en el abismo / En tu propio fluido / Empapada en azul cobalto /
Reventando higrómetros y moralinas / Quién te inventa / Quién formula el cauce de tu nombre /
Si has nadado de noche en el abismo / Si te hundes / Y eres el fosfeno que ven mis ojos abiertos
/ Cuando todo lo demás es sólo un lívido reflejo / Por qué no fumas mi Nitrox / Y sin tocar el
fondo nos hacemos / Un batiscafo de humo / Volutas bajo el agua. /
Cesación de Fibonacci / Fin de la espiral.
Encontraste un banded tulip / No sé cómo se diga eso en español / Como tú decías / Ignorance is
bliss / Pero es imposible ignorar / Tu cuerpo en la arena / Un día de verano / Fatal e improbable. /
El espejismo / El mirage de tu amor nácar / Me parte, me sedimenta / Me reconstruye / Pequeñas
rocas molidas por las eras / Sombrero grande y gafas oscuras / Detrás de ellas tú, oculta /
Desnuda y expectante / Emperatriz de la aragonita / Pones al alcance de los hombres de la tierra
/ El calcio del big bang en tu mandíbula / En el dedo más pequeño de tu mano izquierda / En
tus pómulos de la realeza mesoamericana / Sobre tu abdomen versátil / De proporciones áureas /
Dentro y fuera te cristalizas / El primer huracán con nombre maya / Coloqué el banded tulip
sobre tu ombligo / Un poco de arena cayó de su interior / Eso era la vida. /
Madreperla, me cambié de casa / Perdí mi casa, mi caracola / Regálame otra vuelta en tu esqueleto
/ Ver cómo eres por dentro / El logaritmo de tu organismo / Girando, enredándose / Si tengo
suerte puede que esta vez me mate / Pero no me mata, no me matas nunca / I’m the third largest
coral reef in the world / Soy invencible, mastícame / Acércame a tu lámpara de Aristóteles /
Devórame, no tengas miedo / Esto es sólo una valva más que me desnudas / Que te desnudo /
Un peso más que se hace polvo.
Estuve ahí / Te hice el amor sobre la playa / Y volverá a pasar / Aunque para ello tenga
que esperar / Convertirme en un bandid tulip esperándote en la arena / Ven a encontrarme / Yo sé
que podrás reconocerme / Ponme entre los labios de tu sexo / Yo ahí, concha entre tu concha /
Volveré a la vida / Eadem mutata resurgo. /
Idolopeya / Río Hondo.
Si dije que mi amor estaba muerto / ¿Quién es éste que habla entonces? / La sombra de la
sombra encarnizada / Mi ensayo permanente de calvarios / Te dice adiós mi Lázaro / En este
funeral que no es ni el suyo / Y todos los demás Lázaros / Incluso aquel, Cárdenas Del Río / Pon
atención en ese último nombre / Cuando te cansas de amar a nado / Hundes las uñas en el barro
/ La tierra firme, el soliloquio y el peregrinaje / El hurto de otras reliquias / Un par de códices
aniquilados / Rapaz criatura terrestre / Ahí es cuando te crees que has venido del polvo / Y
buscas otra vez hacerte polvo / No es tan fácil cómo se organiza el agua / Nuestros recursos
fluviales / En un descuido breve, discreto como la grava embotada del fondo / Ya traes un río
adentro / Hecho de otros cabellos, de nuevos tenis viejos / Otra casa de citas, otra casa de
espejos / Se ha hecho alguien un río, un sosegado flujo / Desordena con paciencia todo ahí
dentro / Ganan los pescadores / Ganan los tricicleros que te llevan del muelle hasta tu casa /
Gana el panadero por cuyo pan haces fila hasta en sueños / No pierde nadie cuando nace un río
/ Ahora tengo otro afluente que no es el tuyo / Anastomosado / Pionero del relato /
Desembocándome, desenlenguándome / Pero al final te encuentro otra vez ahí dentro / En la
a-mar / Todos sabemos a dónde conducen los ríos. /
Traigo un par de trilobites colgando del costado / Me acerco otra vez al rompeolas a través de un
cuerpo / En mis labios ya se demora un sabor de agua salada / Tomo una bocanada / Desnuda,
como la roca sin musgo / Me ausento / Y en esta línea paralíptica / Ni siquiera voy a decirte que
te amo. /
Juan Pech Mackandal (i).
No soy Papá Bon-Kè / No soy Fray Diego de Landa. /
Armar y desarmar es el amor / Y todo amor es un quilombo. /
Te cortaría la oreja izquierda y la llevaría a mi casa / Como a los prisioneros de Saigón / La
colgaría a mi cuello / Con una soga de henequén dorado / Tejida a mano por diez mil de mis
esclavos / Traídos de Tekax y el Cabo Haitiano / La colgaría en mi cuello como una medalla / Sí,
a mi cuello como una presea / Tu oreja amerindia, bronceada / De bronce / Porque en mis
olimpiadas el ganador se lleva el bronce / El oro no me gusta y la plata me aburre / Ése será el
souvenir que lleve al otro lado / Guiado por mi techichi / A esa plaza de armas donde seré
quemado / Pero primero me cortarán un brazo / Te lo darán de trofeo / Y dirás que soy un héroe
o un tirano. /
Nicnotlamati / Juan Pech Mackandal (II).
Tu lengua no me la aprendo / Me fija a un campo de algodón repleto de murallas que ni Paz
imaginaba / Siempre que se hace un surtidor de voces / Turix con y sin élitros / Conozco sólo
trazos de tu idioma / Que evoluciona a través de los días / Y se aglutina tu lengua en mi lengua /
Se sufija, prefija, infija y se carcome / Como a las piedras el tiempo y las botas / No te subas a la
gran pirámide del Sol / Las fotos, por favor, sin flash / Sin luz, sin memorama / Sólo el deseo de
tender un hilo negro / Negrísimo / Que aniquile a los supuestos descendientes de la gloria
romana / Y a tus mitos / Yo sé que te interesa más Nat Turner que Jacinto Canek / Lincoln que
Sucre / Savannah, Georgia que União dos Palmares.
No cometamos el pecado de destruir nuestra raza / La mixtura en que derrotamos a la esfera / El
fin del amor es el único cisma / No me olvides / Aún nos queda el ragtime, el candombe, la
zamacueca y el hip hop / Las Guerra Floridas / Los gritos en el campo / México, casi liberado /
En el que tú vales más que yo, porque tus dientes son mejores. /
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