La espera inédita
La espera inédita, irrevocable
desespero ya
no más silencio,
mil y uno de esos.
Maldita sea.
Ya
no más.
Maldita sea
y veo las luces citadinas:
puntitos titilantes
puntitos de colores perdidos
puntitos detrás del polvo.
Y caras desconocidas, desfiguradas
en el metro
donde no les da la luz,
sombras en la calle
los cuerpos tan extraños, viejos, sucios
y los nuestros
una y otra vez
las palabras que dijimos
las palabras,
lo intento ¿qué dijimos?
Intento intentar-
lo prometo.
Qué estúpida.
Una galleta, dos
tal vez y todo muere:
Cenicienta a la noche y media.
Entonces
el silencio ya
no más
la espera inédita ya
no más otra galleta,
mil y una de ésas.
Ya
no más
y el mundo de cabeza
un mundo de cabezas
me duele la cabeza:
cuerpos tan extraños
cuerpos mueren,
morimos en silencio
a la noche y media
muertos todos
perdidos:
puntitos
detrás del polvo, titilantes
puntitos de colores.
Al fondo
la tetera llora.
Maldita sea.
Un impulso electromagnético
Un impulso electromagnético
(lo que hacemos, lo que sentimos):
un sinsentido hasta que lo hablamos,
hasta que te lo cuento y me llamas
hereje.
Y,
si no,
dime tú
qué más somos
que
lo que tú me cuentas de ti
y yo te cuento de mí
y tú te cuentas de mí
y yo me cuento de ti
y tú te cuentas de ti
y yo me cuento de mí,
estática.
Primera etapa, la cabeza
Primera etapa, la cabeza
(ofidia y cautela):
permear rápido
expandir rápido.
(qué mundo tan perverso)
No lo veré yo. Ni por casualidad.
No lo verás tú. Ni por casualidad.
Tal vez tus nietos.
Habla. Grita.
Calla.
(ofidia y cautela)
Primera etapa, la cabeza.
Rápido.
Rápido.
Espérate. Espéralos.
(ofidia y cautela)
Susurra.
La furia te ve como un diablo.
La furia nos ve como el diablo.
Emergencia.
Emerjamos.
Decías que no entendías
la angustia.
Decías que no entendías la angustia.
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