No. 131/POESÍA |
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Mirada Mil |
Armando Antonio Ayala Ochoa |
facultad de filosofía y letras, UNAM |
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Prefiero el carbón
el diamante no se enciende. Si tus manos pueden fragmentar cuerpos arrancar flores del aire y adivinar de entre todas la carta que he elegido aparéceteHoy que el público no llega y la única respuesta se encuentra en tu sombrero gastado maga aparécete
Débil
anciano aparente rémora rememoro la decisión fallida anidada en la casa de madera que nunca construí
Y los intactos arrebatos
en la fuente de mis días se hunden porque en el fondo junto a las monedas ahogadas se encuentra la parte más blanda de mi carne el barco de papel las ranas de piedra… Burbujea la arena la tortuga imagina que su movimiento provoca las olas Una gaviota la toma y el momento más feliz de su vida se resume en los segundos que ve al mar alejándose y a la arena Vela es ella la del millón de migajas en la bolsa Está aquí tiene una piedra volcánica que habla y una cereza Es ella siempre está con su bolsa de manos tiene un ejército de noches apagadas un guante líquido un lirio en la falda ¿La conoces? Nació en una mina en un cerillo cabalgando en la llama de una vela minuciosa En sus pulmones encontraron los restos de un ahogado el reloj de una iglesia y una paloma El hígado almacenaba sal y astillas de un barco perdido El cerebro dijeron era un árbol con un hombre colgado en sus ramas En el corazón una tortuga de alambre en la garganta un río de piedras Nada pesaba según dicen y cada objeto latía intensamente vivo
en esa maquinaria
muerta Un reloj disuelto en agua desierto a velocidad forzada se hunde: tiene dos manecillas y ningún dedo En esos días remotos encontré un trébol de cuatro hojas de cuaderno una herradura de caballo de mar y una aguja en un pajar por cuyo ojal logré que un camello cruzara Desencantada la estatua se fue anoche Fue en la era de hielo una avalancha de geranios irrumpió en la casa deshabitada trajo un disco rayado la aguja de un pajar y un camello prodigioso Nadie sabe más aunque las noches no son iguales desde entonces: en las carreteras suenan voces de niños sanguíneos y una lluvia tenaz satura los poros y las alcantarillas Se cortaron las venas tus muñecas Fractal nada en un mar granulado repleto de peces muertos y arena congelada Una isla naufraga La luz del faro se coagula nada en la pecera carcomida donde el aceite se mezcla con el agua Un náufrago nada en sentido contrario a la bahía nada
Tus fotos
Temprano
limpiaré la sombra que nació
en tus ojos
No has crecido
un solo milímetro
y la luz se desintegra
ya
en tu cabello cabizbajo
Una foto a tu fotografía
para ver si vives de nuevo
un poco y contamos juntos los borregos paralíticos de mi insomnio Mirada mil ...y somos menos ingenuos como parece antes de la tardecomo aquellos pasos que se marcan más mientras más caminan una nube un torrente de muertos la tensión escalando nuestros músculos ¿cuál es la receta? Parece que las hojas caminaran con nosotros enredándose en las puertas que nos habitaron …y somos menos ingenuos y sin embargo nos duele más y menos nos detiene la mirada de las calles y nos vemos pasar y así parece que el tiempo se deshace y se hace grande tan grande como el mundo que nació cuando nacimos
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Dibujos de Diana Haro Sauza, Escuela Nacional de Artes Plásticas
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