No. 149/TRECE POETAS DE CHIAPAS

 

cabrera-pons02.jpgJuan Carlos Cabrera Pons
(San Cristobal de las Casas, 1986)

 


Poética

La poesía es reinvención del mundo. La poesía ocurre en el mundo, en la vida. El instante poético es el instante en que la poesía encarna sobre la tierra, en una imagen, una situación, un sentir colectivo o individual, etcétera. El poema corre detrás de este instante poético, en una eterna búsqueda. Si logra atraparlo o no, es lo de menos, el poema está y está la vida.

El mundo existe a través de la poesía y sólo a través ella puede comprenderse y vivirse. La única justificación para la vida es la poesía, y viceversa. El poeta trabaja el campo de la vida, entendiendo la vida como el último estrato de realización de la existencia. La materia prima de la poesía es el lenguaje. Sobre todo, la poesía debe hablar, debe decirnos algo que pueda continuar diciéndose en futuras generaciones. El quehacer poético es el acto de la universalidad, la realización del instante poético, eterno en tanto que instante.


 
Ángel en picada
(fragmentos)

I

La primera luz y la última
son y siempre han sido la misma luz.
Un golpe luminoso contra el pecho. Un golpe.
Al principio fue la herida y sólo entonces
—solamente entonces— la creación
y como consecuencia la caída. Insisto.
Somos y siempre hemos sido la misma luz:
el instante preciso anterior
al contacto contra el suelo.

II

El primer ángel cayó de las alturas
cayó desde una nube dorada. Acarició
su grito la penumbra
hirió de grietas
la oscuridad. Dijo:
“Hay una espina
en la tierra. Hay una espina que hiere
—dijo— y en su punta hay un jardín.”



La gaviota

(Rådhuspladsen)

Como una cabra alada la gaviota desentierra Copenhague
hunde el cuello entre sus brazos de ceniza
se relíe
y todo si no es blanco lo devora.
¿La has visto al amanecer?
¿mareada? ¿la gaviota?
¿mareada desde el alba
en su labor insólita de oleaje?
la corteza del pan no la perdona
y las manchas soñolientas de tu rostro
bajo sus viejas alas blancas las esconde.
Mareada dando vueltas como ciega
—más que ciega la gaviota
todo lo que no es blanco lo devora
y todo si no es blanco contradice.

Y Copenhague
la blanca
la blanca blanquísima Copenhague
el colmo de la nieve
desde una interior fuente se descubre
rompiendo los cimientos del planeta
elevándose en el aire
jalada en las alturas por gaviotas.
Desnuda se relíe
bosteza y se levanta.
El sol de molestarla se enrojece
y toda blanca de boda es Copenhague.

Entonces lo sabíamos
no se puede extrañar en Copenhague
no
ni morirse
que la ausencia que se cae como una roca
sobre sus viejas torres blancas se estremece
y el tiempo que se baila en tus arrugas lo devora
y todo si no es suyo contradice
y no
no se puede morir.
—¿La has visto? ¿la muerte?
¿desnuda como un muerto
en su labor insólita de río?
Es una encrucijada como ausente
y no
no se puede morir.

Toda blanca de boda es Copenhague
y todos expectantes blanquecinos
no despiertan al discurso pajaresco de la muerte
ni a las plumas de aquel pájaro inefable.

cabrera-pons01.jpg


Johanna

Recordar cuando sólo me mirabas
antes
         aún antes de tu ombligo.

Enramada entre tus dedos
con tus manos tan temblando de temblores
y tus ojos tan temiendo de temor
mucho antes del contacto con tu ombligo
cuando sólo me llamabas
con tu voz incomprensible acariciando
mi nombre impronunciable
aún antes del primer contacto
recordarlo todo
desde el instante de mis manos en tu ombligo
hasta volverte a preguntar si ya eras mía
hasta el último temblor de ti
          es tan sólo un recuerdo
girasol.

                  Y recordar cuando sólo
me mirabas
es tan sólo un recuerdo.



Juan Carlos Cabrera Pons. Ha realizado estudios en San Cristóbal de las Casas, así como en Tuxtla Gutiérrez y en Fredericia, Dinamarca. Ha asistido a diversos talleres de creación literaria y realizado lecturas de su obra en Chiapas y la Ciudad de México, donde radica desde hace tres años. Obtuvo el Premio de Poesía Mérida 2008 por su poemario 4 piezas danesas. Actualmente cursa la licenciatura en Literatura y Ciencias del Lenguaje en la Universidad del Claustro de Sor Juana.