De pie, junto a la ventana
el indisciplinador de almas
evoca al viejo Manhattan
mira el anuncio del estanco
junto a lo que se permite llamar
palabra o dado,
tótem desolado de la posmodernidad

la otra orilla iza un árbol en su centro
Amélie Poulain pende de una muleta 
                                           ruborizada
permea en secreto, lentamente, semillas:
madre de los no-amados
grito náufrago en balde

la luna dilatándose hasta la punta de la noche

condena a muerte al universa
Amélie desfallece, ajena al lírico
                               distraído
poesía incumplida en el sortilegio de lo previo
asintótica en el sueño de una comedia
                                       amniótica
el vértigo indulta la caída, el desamor:
semilla delatora de la esterilidad.
Amélie Poulain desdobla la página
lee con su hiperestesia a punto:
el peso del mundo me cabe en una mano,
en mi otra mano caben nuestros cuerpos.

Nâo soy nada.
Nunca serei nada.
Nâo posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo..

Dibujos de David Becerra, Tecnológico de Monterrey, Ciudad de México