No. 113/TEATRO |
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El principio, lo que sigue y el final |
Julián Fernández |
COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES PLANTEL SUR, UNAM |
OBRA EN DOS ACTOS SIN TELÓN |
Primer acto Transición al segundo acto Se apagan las luces y se queda la escena iluminada por las pocas velas encendidas. Prenden la pipa, tosen, etcétera. Los acordes dispersos van tomando ritmo lento y creciente. Apagan las velas y queda la música notablemente más fuerte y rítmica que la demás, con una serie de transparencias del tipo de la primera, con mucho humo y muchas risas, a veces opacas, movidas, etcétera. Pasan algunos minutos, se acaban la música y las transparencias. Quedan sólo ruiditos pendientes, pero más bien todo a oscuras y en silencio, pasan unos segundos así y se oye alguna voz y pasos entrando. Segundo acto Todo a oscuras. OTRO: ¿Y ahora? Y OTRO: No, se me hace que no… de plano no, porque si sí no se me ocurre cómo, a menos que… pero más bien no, de plano no. ¿O qué? OTRA: ¿O qué qué? Y OTRO: ¿Cómo que o qué qué? OTRO: ¿Y ahora? Y OTRO: ¿Y ahora qué? OTRO: ¿Y ahora cómo le hacemos? OTRA: ¿Para qué? OTRO: Para ver. Y OTRO: ¿Para ver qué? OTRO: Pues para ver nomás. OTRA: ¿Ver qué? OTRO: Ver nada pero ver. ¿Traen cerillos? Y OTRO: De traer sí traigo, pero están mojados. OTRO: ¿Mojados de qué? Y OTRO: Bien, bien, no sé, pero se me hace que de agua porque me caí. OTRO: Te caíste a dónde. Y OTRO: Al agua. OTRO: ¿Y tú por qué no estás mojado? Y OTRO: Ah pues porque yo ya me sequé pero los cerillos no. O a ver, trátale. OTRO: Sistán mojados. OTRA: ¿Y si mejor así sin cerillos? Y OTRO: Sí, está bien a oscuras. OTRO: Pues si no quieren ver entonces para poner el té y prender cigarros. OTRA: O mejor sígueme diciendo qué pasó. Y OTRO: ¿Qué pasó con qué? OTRA: Con eso de que no o a lo mejor sí pero más bien no. OTRO: ¿No qué? OTRA: No sé. OTRO: Mejor buscamos los cerillos. OTRA: En la mesa había. OTRO: ¿Dónde está la mesa? OTRA: Aquí enfrentito. OTRO: ¿Dónde es “aquí enfrentito”? Y OTRO: Nos ponemos pecho tierra y a tientas el que dé con ella pega un grito. UNA: (Medio dormida.) ¿Qué pasó? Y OTRO: ¿Qué pasó con qué? UNA: Con el revoltijo que traen. OTRO: Que se mojaron los cerillos. UNO: ¿Quieren cerillos? Y OTRO: Así de querer cerillos, no. OTRO: Pero queremos poner té y prender cigarros. UNA: Aquí hay. OTRO: ¿Dónde? UNO: Aquí en la mesa. Y OTRO: ¿Dónde es eso? UNA: A ver. (Prende un cerillo.) OTRO: A ver. (Lo agarra y prende unas velas.) Se enciende una luz sepia. OTRA: Ándale. UNA y UNO siguen acostados. OTRO prende un cigarro todavía en cuclillas junto a la mesa y se queda a fumar. Y OTRO camina de un lado a otro con las manos en la cabeza. OTRA se sienta junto a la mesa, agarra la bolsa y empieza a ponchar. OTRO: ¿Y ahora? OTRA: Y ahora qué. OTRO: Ésa es la pregunta. Y OTRO: ¿Esperamos a Godot? UNA: O cambiamos de tema. OTRA: Ésa es buena. UNO: O nos callamos todos y me dejan dormir otro ratito. OTRO: ¿Quieren té? UNO: ¿De qué? OTRA: Receta secreta. UNA: Ya estamos cansadas
OTRO: ¿Tú y tu amiga?
UNA: Yo y mi amigo, pero qué género común quieres que ponga. UNO: (Medio dormido.) ¿Qué pasó? OTRO: ¿Quieres té? UNO: ¿De qué? OTRO: Surtido. UNO: (Señalando la pipa.) ¿Quieren goma? OTRO: Mejor té. OTRA: O jugamos. OTRO: ¿A qué? OTRA: No sé, namás jugamos. UNO: ¿Con los libros? OTRA: (A Y OTRO.) ¿Tú quieres? Y OTRO: ¿Qué? OTRA: Jugar. Y OTRO: ¿A qué? OTRA: Jugar. Empiezan un boceto de música dispersa y disonante. Y OTRO: (Dando vueltas, fumando, rascándose la cabeza, y todo el tiempo con la impresión de que le va a ganar la risa.) Jugar, no sé, suena bien. Habría que hacer algo, pero jugar… no sé, sí, bueno, sí se me hace un exceso. Buscar los cerillos estaba bien ¿no?, (pausa) no sé, todo cada vez se pone más raro. (Risa.) Estaría bien tener otra cosa que buscar. (Aparece, como flashazo, una foto de la Pantera Rosa.) Es más tranquilo. Bueno no tranquilo, pero distrayente, porque así nomás: fumar, caminar, pensar. Ahora que pensar en otra cosa y caminar por otra cosa… UNO: Ahora que veo difícil que pueda alguien alguna vez caminar por otra cosa y pensar en otra cosa. OTRO: ¿En otra cosa que qué? UNO: Que el pensamiento y la caminata. OTRO: ¿Qué? OTRA: ¿Sí quieren jugar? Y OTRO: Así de querer, sí, pero no sé, quién sabe, ora sí se me hace que ya fue ora sí. No sé, (risa) qué desorden. (Viendo y como calando con la mano su meñique.) ¿Se han dado cuenta de la fragilidad del cuerpo? Qué torpe y maculable: si me quemo grito, además me sugestiono. O sea que todo yo me plego a su sumisión reactiva. No sé, yo ya me aburrí. OTRA: Por eso. OTRO: ¿A qué, pues? OTRA: Con los libros. OTRO: ¿Cómo juegas? OTRA: (A UNO.) Platícale. UNO: Abres un libro y la línea en que cayó el ojo la anotas y corre a la izquierda. UNA: ¿Y si cae en un huequito de entre líneas? OTRO: ¿Así nomás? Qué divertido. ¿Y luego? UNO: Lo leemos. OTRO: (Irónico.) Qué divertido. OTRA: O qué propones, aguafiestas. OTRO: No, ése está bien, a ver qué sale. OTRA: ¿Quién empieza? UNO: Ya hay cinco líneas. OTRA: (Ve el papel.) ¿Fue accidente? UNO: Más o menos. Y OTRO: A eso mero iba: así pasa y así pasó todo. Qué difícil. Sí entretiene pero cala, más bien cala saberse adentro de tanto… O no sé, pero todo está tan carajamente frágil. Y es por eso (pausa): porque todo lo que es, es accidente. UNA: Sí está divertido, ¿no? OTRA: Pero qué, pues. Y OTRO: Jugamos, pues, pero qué raredad. (Se pone a dar vueltas.) UNA: De plano. OTRA: De plano. UNA: (A OTRA.) ¿Qué se comió? OTRO: Creo que unos aguijones de alacrán. UNO: ¿Y semillas de toloache? UNA: ¿Y si le echamos al té para que todos platiquemos? OTRA: O ya jugamos. UNA: Jugamos. OTRO: Pero mejor que cada quién debralle hasta que se aburra sin sacarlo de ningún lado. OTRA: Así pero después del té. (Ve un libro y escribe en la hoja.) OTRO: Entonces pásame la hojita. (La ve, lee en voz baja, y al final, en voz semialta.) “Cómete la panza muerte”. Yo aquí, nomás por rimar, le pondría algo así como “muérdeme la reata fuerte”. Nadie hace mucho caso. Abre el libro. Y OTRO se cansa de dar vueltas y se acuesta en el piso. OTRO le pasa la hoja a UNA. UNA: A ver. UNO: Hay otros juegos con más claras intenciones de expulsión. UNA: Pues éste ni mediocre y mansamente creo que nos sirva. OTRO: A ver si ya con té es más eficaz. UNO: Y con un camarada a punto de convulsión exponiendo “la fragilidad del cuerpo”. OTRA: Ya se durmió. (Le pica las costillas a Y OTRO y voltea a ver a OTRO con cara de que no.) ¿Así queda? OTRO: Si no va a pasar yo creo que sí. OTRA recoge la hoja. Se bajan bastante las luces y aparecen transparencias de azoteas viejas con cielos grises, paredes despost¡lladas en calles de adoquines de ciudades viejas, bóvedas de iglesia en el mismo contexto viejo y gris. OTRO: A ver: “Ese techo tranquilo de palomas / palpita entre los pinos y las tumbas. / Un lecho tierno está bromeado de coronas. Cómete la panza muerte / si el instante vuelve a patinar la carne”. Se hace un silencio y se quitan las diapositivas, baja la luz sepia hasta apagarse, y se prende gradualmente la azul. Empieza un rasgueo en la guitarra, ni sobrio ni festivo. Encima van entrando los demás instrumentos. UNO: Faltan líneas. UNA: Es que mi ojo cayó en un hueco de entre líneas. OTRO: El mío también. OTRA: (A OTRO.) ¿Ora sí? OTRO: Sí. (Recoge un bulto y se sale del cuarto, pasa un par de minutos en que sólo se oye la música, regresa y el volumen de la música baja.) UNO: Ahí va el champurrado. OTRO: Ahí va. OTRA: ¿Por qué champurrado? OTRO: Porque está bonito. UNA: ¿El nombre? UNO: No, ése está chistoso. OTRA: ¿Entonces? UNO: Entonces ese tipo de cosas bonitas necesitan nombres chistosos. OTRA: ¿Por qué? UNO: Porque luego hay fanfarrones que le dicen “sangre de los dioses” y pendejadas por el estilo. OTRO: Cosas así, ya ves que luego son medio superacionistas los pobrecitos. UNA: ¿Y el té qué culpa? UNO: Ninguna, pero hay que diluir con chistosez la solemnidad de la belleza. OTRO: Si quieren le decimos pócima o brebaje. UNA: O cambiamos de tema (pausa) y vas por “eso”. Se para OTRO y sale del cuarto, se bajan las luces y vuelve a subir la música. Regresa con una olla, se sienta y empiezan a tomar. Conforme van tomando se van acostando. Empieza una serie de fotos, por el estilo de las anteriores, pero sin humo y sin risas y bastante más movidas. En algunas apenas se distinguen las figuras. OTRA: Entonces qué. UNA: De qué. OTRA: Con las escondidillas por ejemplo. OTRO: Por ejemplo. OTRA: No, no tanto. (Prende el cigarro que había ponchado.) OTRO: O la jitanjáfora. UNA: Hay unas buenas. OTRA: (Aguantando el tanque.) Brandesmirna. UNA: Somirnabresamadrescamvasiveyi. OTRO: Por ejemplo. OTRA: ¿O sea que qué? UNA: En fin. UNO: En fin. UNA: Mhh. OTRO: Ñomi-ñomi. OTRA: (Señalando a Y OTRO.) Cómo duerme. OTRO: Rechina los dientes. Va corriendo el cigarro y los diálogos son entre risas y toses y a medio aire. UNA: Y los ojos. OTRO: No tanto. OTRA: Los cachetes. OTRO: Casi. OTRA: Como en aguijones de alacrán con semillas de toloache. UNA: O más tranquilo. UNO: En oleoluqui y amapola. UNA: Eso. OTRO: ¿Qué? UNA: Digo… OTRO: Ergástula. UNO: Succión. OTRO: Confección. UNO: No hay tal: demiurgos sin barro. UNA: Incesto. OTRA: Vaticinio. UNO: Tampoco. OTRO: ¿Entonces? UNO: Nulidad. OTRA: ¿De qué? UNO: Del no. UNA: O sea: sí. UNO: Tampoco. UNA: Oleoluqui amapola ungüento cadalso ensalmo semen y mandrágora. UNO: Cadalso y semen sobre todo. OTRO: Sobre qué. UNO: Sobre nada. OTRA: ¿Qué? UNO: Procesos distorsivos. UNA: Dilución. UNO: Dilución. OTRO: Dilución. UNA: Ablución y unción del cieno. OTRO: Diente. UNA: Roce. OTRO: Rechinido. UNA: El agua blande en soliloquios sálmicos. UNO: Las quijadas. OTRA: Otra: (pausa) las puertas. UNA: Las piedras. OTRA: Pestañas. UNA: Punzadas. OTRA: Palpitan. UNO: Tolerancia frugal. OTRO: Desfiladero. OTRA: Desfile. UNO: Filo… OTRO: ¿Y eso? UNA: Nada. OTRA: Piedras bruñidas. UNA: Otras piedras. OTRA: Y carne y bruma y atrio y lengüetazo. UNA: No baja la ciénaga a los corredores mansos en que estampa el humo el movimiento. OTRO: Anudan trazos las quijadas. OTRA: Muerden los ojos. UNA: Gotas. OTRO: Líneas. OTRA: Grietas. UNA: Incisiones. UNO: Nudos de sal en cirros y peñascos. Y OTRO: (Despertando.) Y nuez por pábulo al vientre en su doblez de piel de risa hervor y solipsismo. UNA: Faunas nutridas de nutrias y licántropos. OTRO: Horizontalidad. OTRA: Región de tarde. Y OTRO: El Minotauro mordía las sábanas de la Hidra. OTRO: Cachondo. Y OTRO: Hades lamía sus huesos. OTRO: Cañonero. UNO: Pábulo hierático. Y OTRO: En un secuestro ecuestre entre cilantros y licántropos que trazan cicatrices en los muslos a mordidas para urdir la ruta estriada hacía el cenáculo. OTRA: Algo atrás. UNA: Párpados púrpuras y velos de Shiva en la enramada. OTRA: Grutas y ábsides y grutas y peñascos. UNO: Curva sobre curva. OTRO: Esfera. OTRA: Torre. UNA: Coágulo. UNO: Hemistiquio. UNA: Por ejemplo. Y OTRO: Carbunclo decía Lezama. OTRO: Y Minotauro. UNA: Vacas preñadas de carnívoros panzones. UNO: O al revés. Y OTRO: No sí, sí carnívoros panzones, panzones, plétora y dispepsia. UNO: Y Estertor y Borborigmo. OTRA: Forma. OTRO: ¿Cuál forma? UNA: La Forma. UNO: Espacio más instancia mediática o sea borde más relleno igual a forma. Y OTRO: Frágil, maculable. UNO: Por ejemplo. OTRA: Forma sobre forma. UNO: Estructura. Y OTRO: Revulsión. OTRO: Azar. UNO: Desestructura. UNA: Cataclismo. UNO: Calzón. UNA: Infringimiento. UNO: Por ejemplo. UNA: Mhh. UNO: O bastión y salvaguarda. UNA: Transgresión. UNO: Contrición. OTRO: ¡Cuál contrición! Y OTRO: ¿Cuál contrición? OTRO: Eso no existe. OTRA: No, nada más cosquillitas, y eso a veces. UNO: Sí, no, no hay tal. OTRA: Jitanjáfora mejor. UNA: Brinmarclusjarmisvon. OTRA: Voirmihn lajda. OTRO: Lizde kinveir. Y OTRO: (Sonidos guturales.) Se quedan jitanjaforeando un rato con ademanes, alteraciones tonales, movimientos de cabeza de asentimiento y negación, de repente se suceden en peroratas, se interrumpen, amontonan las voces, vuelven a la diplomacia, etcétera. Las fotografías y los instrumentos acompañan con una especie de auge de depravación formal. En algún momento de cansancio se vuelven a acostar y siguen hablando pero con holgura. Los ruidos de los instrumentos acompañan en el descenso. Terminan por callarse. UNA toma un trago de té, lo retiene un rato y empieza a hacer gárgaras, OTRA le contesta y entre todos acaban reanudando la discusión. La fotografía y la música —por ejemplo, con un digeridú metiendo la trompa en una cubeta y alternando entre dar el tono y el burbujeo— acompañan a la impresión acuosa. Vuelven a bajar la intensidad, hasta que acceden a pasarse el trago y a callarse. Se apagan las luces y las transparencias. Se quedan sólo las velas y algunos ruidos dispersos de los instrumentos. Después de unos segundos, se para Y OTRO, prende un cigarro y empieza a dar vueltas. UNO: (Sigue acostado.) ¿Qué pasó? Y OTRO: Nada. UNO: ¿Qué? Y OTRO: Nada. (Pausa.) O sí, pero que ya pasó. UNO: Qué pasó. Y OTRO: Que pum, que ya fue y que siempre pasa. UNO: ¿Qué? Y OTRO: Pues que estaría bien que cada sesión dejara como un aguijoncito acumulable, que sí un poquito, pero más bien como secuela anímica, o educativa, de que ves algo y sabes que lo podrías ver de otra forma y entonces lo transfiguras, pero demasiada veleidad. La idea sería que la cosa solita se transfigurara como suele transfigurarse. (Aparece como flashazo una foto con figuras disueltas.) A veces hasta me dan ganas de que en una de ésas en que cerramos los ojos de plano nos fuéramos pa’ dentro. UNO: De plano. Y OTRO: Y ahí adentro como una disolución progresiva de todo, de los sentidos y las cosas y las ideas, o no cosas sino formas y la idea misma de la forma, y que todo siga en expansión hasta que se acabe de disolver y quede todo blanco y tantán. Se apaga la luz. Aparecen en la pantalla imágenes caleidoscópicas. La última queda fija hasta que termina la música. Cuando se acaba, quedan nada más sonidos dispersos que van a ir decreciendo conforme a la secuencia de las fotos: después de la imagen que quedó fija, una menos poblada de figuritas, luego otra menos poblada, y así, gradualmente se van despoblando y dejando más huecos blancos, hasta que quede en la pantalla puro blanco. Ya sin ningún sonido, se queda unos segundos la pantalla en blanco y se apaga.
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