Por el lugar en que, abusivamente, vivo desde hace más de un cuarto de siglo, pasó juana de arco a caballo. una placa, frente a la catedral de senlis, da testimonio de su arenga guerrera.
Juana de Arco, como es de sobra conocido, oía voces, seres compulsivos y astrales le ordenaban, no se sabe bien con qué vocabulario, según los signos de qué código, que partiera en guerra contra los ingleses y salvara a francia — consigna, hay que señalarlo, recurrente en este país.
Como la santa guerrera, oigo voces. no me ordenan ningún sacrificio, ninguna oblación de mi cuerpo, de mi persona. sólo que no escribo más que para esas voces.
(severo sarduy)
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Vivo abusivamente
me entrego lenta y miserablemente, como la muerte Santa, guerrera, oigo voces. Compulsivas y astrales y abiertas, no se sabe, que me parten y me ordenan, a mí sí, toda carga de sacrificios: la sustentación de mi cuerpo apoyado a penas, la hostilidad contra mí, garbo pernicioso, nocivo, contra mí. También piden que me admire: oblaciones hacia el cuerpo, catedrales de escritura, historias complejas que me incitan y me hierven. Cuando dejo de escucharlas, dejo escuchar y me entrego. Un sólo rasgo monótono y triste, como la propia entrega o la sangre helada de un cuerpo mutilado, que se escucha solo a sí mismo. Todo es más triste, más sórdido
reconocible.
Serie de objetos con una leve o perversa tendencia a hundirse
flujo causa de
que cada cosa
sin dejar de ser
cada cosa
por consiguiente aquélla
incluso aquélla
que sigue siendo
no lo es
hablémoslo
Samuel Beckett
Una tubería del siglo XIX —la casa, ubicada en un barrio medio cerca del Centro, es otro objeto
Dos cuernos de animal
Un oso hecho de paños pardos que parece gato o ardilla
Un rastrillo grave de metal sin mango
Un libro de pasta dura con 72 problemas verdaderos
Astillas diminutas, afiladas
Manuales de reciclaje y recapitulación
Una bomba destapacaños
Varios montones de tuercas y monedas en una caja de latón
Una caja de latón oscuro en el cajón de un armario
Una canastilla de metal con ruedas que no ha sido, ni será
convertida, en caparazón de tortuga
Una espátula roma
Un letrero de cartón con la inscripción No tardo
Vista desde lejos,
una lámpara antigua
Un vaso de unicel con veneno para termitas
Veneno
Árboles viejos, refrigerador, fierros viejos
La cabeza de piedra de san Antonio de Padua, perforada en la parte alta —la figura completa, consagrada y bendita, jamás fue puesta de cabeza
Redondel
Una cerradura recién pintada con esmalte
Un cofre, una prisión
Límites curvos con cadáveres nuestros
(reproduce la quietud)
Sierras de disco
Maniquíes sin brazos ni cabeza en una sala de museo:
Arte
Una esponja natural para baño
Un paño cálido para bloquear la herida
Un juguete con sonidos de animales de la granja,
no tocará bad crowd/ tea, cake and sweet/ sweet Jamaica/ garden that is
sweet/ sweet, sweet Jamaica
Cananas
Uniforme militar para llevar al baile
Un letrero para cortar la circulación
Un caparazón que jamás será una caja rítmica
Telas estampadas con detalles impresionistas
Un foco de 500 watts que ilumina una fábrica
Una fábrica
Cierres automatizados, mecanizados,
motorizados dientes de los cierres
Telas viejas estampadas, nudos viejos de las telas,
árboles de sedas viejas, árboles
Una máquina de follar a 23 nudos
Una placa Polaroid
Imágenes de armamentos modernos
Cenefas, papeles arrancados
Un abrigo de camellos
Un termómetro a 39 grados
Sagrarios, altares en medio del desierto
Flores paganas
Plásticos aislantes para meter objetos:
sábanas, cadáveres, piezas
Piezas de piezas embutidas, encajadas
Embutidos cadáveres en trajes de encaje iguales
Gefilte, cadáveres siempre
Ceras, compuestos amarillos casi,
sustancias blandas y fundibles.
Aglutinados, heridos hacia el fondo,
deshaciendo la oscura entraña
Hundiéndose en pedazos de algo
o algo de algo
incalculable
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Alejandro Tarrab (Ciudad de México, 1972). Poeta y ensayista. Es autor de Siete cantáridas (Ediciones Sin Nombre, 2001), Centauros (Ediciones del Ermitaño, 2001) y Litane (Bonobos, Setenta, Conaculta, 2009). Obtuvo la beca Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en los periodos 2004-2005 y 2006-2007, y el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2009 con el libro Degenerativa (en prensa). Su obra ha sido traducida al inglés y al checo.
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