Poética
Generar conciencia… o por lo menos no olvidar la propia, ése es el camino de la poesía; si bien no entiendo la confrontación entre estetas y concienciados, veo un oprobio desvincular el poema del poeta, y el poeta del mundo que revierte su ración de sueño y realidad. Man Ray dijo en su día que hay cinco minutos memorables en cada película, hay que saberlos encontrar; ahí ando, buscando los cinco minutos de cada día.
I
Nos prohíbes las lágrimas ahora.
No nos queda otro remedio que ser hombres
Jaime Sabines
Sabemos a qué atenernos,
sabemos a qué sabernos por separado.
Tú anuncias tu libertad,
yo la amontono en las esquinas
y no consigo diferenciarla
de todas las libertades mías.
Tal vez me pese demasiado
darme cuenta de que hoy,
como hace tantos milenios,
te resuelva en el vaso de ningún lugar en concreto,
te absuelva en el hueco de nadie, en efecto.
Carta de Gassan Kanafani a
Theodor Herzl en julio de 1972
Hermano,
El desconsuelo no ata sino a una tristeza mayor;
una vara siempre será medida por otra que la contenga y así,
en el múltiplo imposible de la nada,
nos desahuciamos los unos a los otros
en el intento vano de reproducirnos con sangre de nuestro semejante.
II
El animal perfecto es feliz en los claustros
y su lengua es melodiosa en el llanto
Antonio Gamoneda
Qué tal mi dulce hembra,
dime cómo andas de tangos en la reserva,
háblame de lo que murmuras sobre mi aire
cuando yo ando lejos,
sopesándote en cada uno de mis abrazos pasajeros.
Qué tal pequeña promesa de nadie,
ave quebrada, bisturí de ópalo,
atajo de usurpaciones varias…
dime tú, pequeña dama,
cómo se camina in extremis por el filo de mi desgana.
Carta de Humbert Nabokov
a Dolores Evsevna Slonim
Mi querida:
Sería como encontrarnos en un pequeño rinconcito.
Tú andarías deshaciendo los pasos que yo,
intuitivamente, te habría calzado en estos meses.
Haríamos, prudentes,
los gestos heredados en anteriores campañas;
jugaríamos a ganar cortésmente,
suponiendo de cada trazo un movimiento alto,
dirigido, curtido de tiempo y reprobados ensayos.
Ser expertos es lo que importaría,
el hecho sería un desahogo en nuestras referencias;
así sería el pacto.
Tu castidad abierta, mi lujuria controlada,
los roces exactos,
un toque de equilibrista en cada curva acentuada
con aliento y yemas…
El rincón sería, sin duda,
un aliciente a la destreza,
y la mirada,
nuestra campanilla de principio y fin.
Así sería, lo sé.
De otra forma él y tú no aceptaríais nunca este camino.
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