Desaire
Sin esdrújulas y lo que quieran, pero tributo a Gonzalo Rojas.
un árbol inconveniente
un visible meteorito
la madrugada del nueve
de diciembre aquel árbol
de toronja la que no
me pide permiso y
estalla
en latitudes donde
por esta vez, este año
el invierno es la ocasión
cítrica con todo
y las botas abrázame, dice
por lo redondo, ácida
la toronja del patio
dos veces de noche
dos más de día
temprano en
la ciudad los labios
partidos de madre
amor, qué desatino
los árboles crecen, no miran
el amarillo pálido
de la toronja el fermento
azucara, contra el piso
habrá de caerse
la toronja, chica
¡apura!
no te lo tomes así
que se pudre
como si la fragancia, la nieve
son copos los pétalos
y esa fruta por dentro
ni sosa ni tibia
como plato, puesta la luna
en la mesa no saben
a cuenta de qué se deshizo
aquel meteorito y la pulpa
de la toronja, el desaire
de un puto diciembre en el patio.
Colmillos de leche
el abismo tiene un mantel y cuatro patas
y el amor enseña sus colmillos de leche
empuño el tenedor para decir déjame a solas
y la boca te escupe el enunciado no soy feliz y punto
en el mismo vaso bebemos el vino que nos queda
y nos desmembramos en la luz tenue del pasillo
una sola carne fecundable de belleza
ahora, glándulas hipertrofiadas de veneno
la hembra de documentados hábitos
tuya, a tu lado, mío, para siempre… qué importa
no hay lealtad que satisfaga al presente:
el amor pone la mesa y la quita.
No todas las islas…
Para Zazil Collins,
que tiene un verso que dice:
“tiémblame mundo.”
en la angosta península
de La Baja se juntan
los huesos animales
del mar y el desierto
de lado y lado
la bravura del agua
no todas las islas
se hicieron de lo mismo
no son los continentes
todo lo que flota
es invisible, pero no
improbable que la sal
y el viento erosionen
la materia luminosa
de una península que es
para ti todas las cosas.
Allá en los gritos
¿Cuándo se jodió todo…?
Mario Vargas Llosa
todo pasó allá en los gritos
detente cuando gritas ay
no sabes no
recuerdas déjame
a veces tú
cuando gritas no puedes
atreverte
más
ocurren los gritos donde
no hay nadie ya
no quiero estar
no pude estar
no puedo estar
no quiero
cuando recuerdas no tienes fuerzas no
tienes gritos ya
eso pasó así
por qué así
cállate ya.
Ciudad de México, 4 de mayo 2006
Después de la represión de Atenco