No. 174/EDITORIAL


 
 

El concurso literario y gráfico de Punto de partida es una línea de acción primordial en este proyecto universitario que por décadas ha dado espacio a la creación joven de México. Esta vez publicamos la primera entrega del certamen 43, que incluye a los ganadores en poesía, cuento, gráfica y ensayo, y me congratulo como editora por las agradables sorpresas que recibo cada año al descubrir nombres que asoman ya con pericia en las letras y las artes visuales de nuestro país.

En poesía, los dos trabajos premiados por el jurado comparten, aparte de la procedencia académica de sus autores —la Facultad de Filosofía y Letras de la unam—, ciertas similitudes en el lenguaje críptico, en la incorporación de otras lenguas, en el mensaje cifrado, en las referencias a otras disciplinas. En el caso del primer premio, Luis Fernández Meza recurre en “Ossiánica” al lenguaje de las ciencias. En el segundo premio, “El circo del buitre”, Rodolfo Gaona enmarca en una estructura circense una aguda crítica —feroz a veces— al ejercicio de la escritura.

En cuento, Adrián Velasco, de la UAM Iztapalapa, recrea con fortuna la fascinación literaria por la mantis y su ritual caníbal. En el caso de “La escena”, Alejandro del Castillo, de la Universidad de Querétaro, narra con un dejo entrañable la pérdida de los sueños de infancia de su personaje.

Los trabajos ganadores en ensayo dan cuenta de la madurez en el oficio de sus autores. Marco Sanz, de la Universidad de Sinaloa, parte del pensamiento de San Agustín para acercarse a los vericuetos de la percepción del tiempo y la memoria en su texto “The past is a foreign country”; Gabriel Martínez Bucio, de la Iberoamericana, acude a La lección de anatomía del doctor Tulp, de Rembrandt, para analizar los encuentros y desencuentros del quehacer y motivos literarios de Macedonio Fernández y Miguel de Unamuno.

En el rubro de gráfica, ambos premios fueron obtenidos por estudiantes de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda: Gabriel Ávalos con “Denzuras”, y Minerva Liliana Balderas con “Y este cuento se acabó”. Además del notable dominio de la técnica, es interesante el enfoque conceptual de ambos trabajos, claramente perceptible en los dos casos.

Además del material ganador de concurso, destacamos la participación de dos magníficos artistas de generaciones distantes: Gilda Castillo, quien nos ha permitido reproducir en blanco y negro cuatro de sus obras para abrir nuestro Árbol Genealógico, y Humberto Ríos, que comparte con nuestros lectores a lo largo del número varias fotografías de su portafolio. A ambos, nuestro agradecimiento por su generosa colaboración.

Para cerrar, vaya un merecido reconocimiento al jurado de este concurso: J.M. Servín y Magali Tercero; Andrés Acosta, Marcial Fernández, Anamari Gomís y Fernando de León; Alberto Chimal, Claudia Guillén y Eduardo Antonio Parra; Gustavo Ogarrio, Héctor Perea y Blanca Luz Pulido; Gabriel Figueroa Flores, Gerardo Montiel Klint y Fernanda Sánchez Paredes; Gilda Castillo, Víctor Guadalajara y Sergio Ricaño; Víctor Cabrera, Fernando Fernández y Mónica Nepote; y Flora Botton y Marina Fe. A ellos, y a los cientos de participantes en el concurso, muchas gracias. A nuestros ganadores, muchas felicidades.

Carmina Estrada