I
Yo quería escribir un libro que enalteciera la historia literaria de mi país. Un poema donde algo cambiara. Y me salen estas pifias a caballo… Sobre el animal de la independencia pude significar un grito. Pero acaso significo algo sin el acto de escritura. Vivo entre el amago de una cosa y la otra. Ni tratados ni poesía. Pienso al igual que H: ¿Y para qué poetas en tiempos de penuria? Si mi última salida es tumbarme sobre la bañera, en la espuma me tiendo. Yo también puedo ser un revolucionario.
II
Consciente de la época en que vivo, no podré vivir más en mi época. No hablo de la locura ni de consumirme en la hoguera de los justos. Pocas cosas se perdonan de antemano, y yo prefiero la impiedad. Me vienen a la memoria, las mariposas de la isla de Okinawa. ¡Okinawa mi amor! Saltaban desde el farallón al galope de la ola, por lo menos diez mil fueron tragadas. Son números que nada dicen pero temo los absurdos de la Historia.
III
Lo de aquí está sucio. Está descascarado. Feo. Escribo nerviosamente sobre la isla, en la pantalla del computador se interesan por mí. Oportunidad para clientes del ciberespacio: very important person. Mi astucia fue bordada a machete sobre el teclado. Pertenezco a una generación que busca los contactos. Especifico, lo táctil. No soy todo lo que vende el perfil. Me delatan bocadillos al estilo de un ser cosmopolita. Poesía, ¿cuándo voy a evitarte? Al final del túnel una mosca tensa la tela digital. Sobre la taza de café Cubita, pongo azúcar y vierto cizaña.
IV
A la vuelta de estos años heme aquí, mi paisaje después de la batalla. Vivo en un país que no es la utopía de una izquierda romántica y aletargada. Tampoco el infierno que pintan sus adversarios. En medio de tantas tendencias / de tantas divergencias, me siento en el muro del malecón como un alien que observa su vida metamorfosearse. Entre otras cualidades de la especie, esa raza de escritor parecido a Capote: soy alcohólico / soy drogadicto / soy homosexual / soy un genio. Pregunto qué harán conmigo. ¿Matarme? Ni siquiera soy tan importante, persona no grata.
V
Se traba al toro por los cuernos, aunque bufe candela. Así sabrá quién manda. Una cuerda trenzará hábil las patas; impedido rebelarse a las habilidades. Masajear el músculo depende de cada mayoral. El procedimiento es como sigue. Una planchuela de metal retorcido, con signo cifra o serie —el tono indicará hacia el rojo fovista— se estampa sobre el cuero achicharrado. Curada la turgencia aparece la magia, imposible de borrar por nada en este mundo. Ni siquiera el larvario de una muerte demasiado ufana. La perla de mi cofre, alardea el patrón con los invitados. A saber las cadenas de la vida, siempre somos propiedad de un alguien.
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VI
Muchachas que ofenden a la patria, ¿quién hablará de nosotras cuando hayamos muerto? Cuerpos escamados, cuerpos sin gloria se resisten a ser carne de cañón. Las que vamos a morir te saludan. ¡Qué tontos! Todos vamos a morir (tarde o temprano, bien o mal). Levanten los ojos frente a la tribuna, hinchen el pecho; mejor decir las farsas que incitan la persecución. Ignoradas —incluso— por la crónica roja. No existimos este día. ¿Quién destripará de nosotras: maricones travestis transexuales: blanquísima basura nacional? Alguien tiene que pagar. ¿Usted se arriesgaría, señor? Las ratas tupen las cloacas, riegan sus enfermedades, embarran el diamante de la sociedad. El sótano de mi país es poco para desterrarlas. Aquí hasta el fango es heroico.
VII
Cubana de Aviación: “puerta de Cuba al mundo”. En las oficinas de la aeronáutica civil una embarazada se recuesta en mi hombro. La orquídea en el tronco del flamboyán, pienso. (Como esas tarjetas del día de las madres.) Cabría distinguir entre plantas saprofitas y plantas epifitas. Baste decir que las primeras son parásitas. Las segundas, en cambio, usan de sostén un árbol de sombra, se nutren del sudor del ambiente. Pese a mi aire poco nacional, no creo que estuviera jineteando —término que usamos cuando alguien quiere abrir precisamente una puerta al mundo—. Dios te bendiga, me dijo. Y por aquello de Dios imaginé mi alma. Y por aquello del alma imaginé los cielos; un avión que surcaba. Y de tanta holgura recordé un verso de Guillén que mucho gusto: todo en el aire es pájaro. ¿Seré igual de virtuoso que esos bandos? Quiero creer que me veía limpio. Que me veía saludable. Varonil. Quiero creer que algo mío animaba en su futuro bebé.
VIII
Tener una cebolla, un bulbo raquítico en la mano. Y proferir unas líneas a matar el hambre. Porque el hambre —el deseo de algo— es antojadizo; la rabia, en cambio, no permite mentir.
IX
Estoy escribiendo la literatura del tránsito, alma vaga hacia ninguna parte. Abandono las metáforas para documentar una verdad histórica. ¡Tengo miedo no asombrarme de mis propias palabras! La poesía nada cambia; un escritor: un cobarde. ¿Conviniera enrumbar a la política? —Del griego polis: parte consubstancial de una sociedad—. Lento, amargo animal el animal castrado. Yo no existo fuera del lenguaje.
X
Cueste lo que cueste voy a permanecer con vida. Sea el terrorista que siembra bombas y abraza, hasta las últimas consecuencias, esa idea por la que mata. O ya sea el pelele que sufre el atentado y se angustia, cósmicamente, sin saber el por qué de su elección. Cuidarse es una cuestión ética (Kant). Un asunto mortal.
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Fabián Suárez Ávila. Poeta, narrador, dramaturgo, guionista, director de cine y teatro. Estudió periodismo en la Universidad de Oriente. Graduado en la especialidad de Dramaturgia en el Instituto Superior de Arte, y de Guión en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños. Obtuvo mención en el Premio David 2006 por el libro Estática milagrosa, el Premio de la Ciudad de Holguín por el cuaderno Mis días en la tierra y el Premio Calendario de Poesía por Heroica de la bestia, ambos en el año 2007. Entre su obra dramática, compilada en varias antologías de dramaturgia nueva de Cuba, resalta Grupo Empresarial Gaviota, Premio de Dramaturgia Virgilio Piñera 2012. Recientemente concluyó la versión cinematográfica de su pieza Caballos. Otra obra suya, Fiodor en el Fiordo, se representó en Espacios Ibsen 2013 bajo su dirección. Es miembro de la AHS. |