No. 129/POESÍA |
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Cuatro poemas |
Adán Medellín
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FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES, UNAM |
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Conjugación
Suave aspereza de pieles reunidas. Untan los segundos nuestros rastros esparcidos. Desnudo es tu cuerpo una luz que me palpa. Verbal es tu carne: Presente perfecta. Interiores en ti, hemisferio de mutismo y agonía, se conoce el sabor de la carne, las verdaderas viandas, el fruto real que partimos como un pan en la aridez que permanezca en penumbras mi entrada, que permanezca en silencio ese fraguar los jugos comunes que solemos tener vertida la niebla sobre los nombres, allegados a la playa del instante hay un mudo cometa y nos visita cuando sabe que bastan los indicios de una piel que en el otro se despoja de todo coral y pertenencia: para volverse inmensidad, anchura, nunca enciendas las lámparas quien se atreve destruye profecías, el colibrí sumergido en tu remanso, y no tenemos más. Planta Los cuervos me trajeron tus pupilas como dulce simiente de tinieblas las planté una noche en las almohadas y crecieron con la furia de mi sangre como frondas que enredaron a tu nombre por qué no me acompañas a la sombra si el amor es sólo un árbol de venganza. Otra Circe La voz: caravanas de murciélagos dorados sobre huesos sombríos. Descubrí leves mares, ríos tenebrosos que mordían mis pies por la noche. En secreto invoqué una llama y germinó una mujer enredadera, linfa nerviosa, horca de luz, que me ahogó sin temor en su tersa península. |
Ilustraciones:
Jarumi Dávila, Escuela Nacional de Artes Plásticas |