No. 152/DEL ÁRBOL GENEALÓGICO 


 
Seis poemas de Montale*


Fabio Morábito
 
 
Tomado de Cien poemas de Montale (Selección, prólogo y traducción de Fabio Morábito), México, UNAM, 2008, 175 pp.
 
 
 
 

¡AH, SER ESCUETO Y ESENCIAL
como las guijas que volteas,
comidas por la sal y el yodo,
astilla fuera del tiempo, testigo
de una fría voluntad que no pasa!
Pero fui un hombre que contempla absorto
en sí mismo y en los otros
el hervor de la vida fugaz
—hombre tardío en sus actos, que nadie, después, destruye.
Quise encontrar el mal
que mina el mundo, la leve torcedura
de una palanca que detiene
el artefacto universal
y vi todos los hechos del minuto
listos a colapsarse en un derrumbe.
Seguido el trazo de un sendero tuve
otro en el corazón que me llamaba.
Tal vez necesitaba el tajo del cuchillo,
la mente que decide y labra su camino.
Otros libros me hacían falta
y no tu atronadora página.
Pero no guardo ya remordimientos:
tú todavía derrites
los nudos más ocultos con tu canto
y tu delirio alcanza ya los astros.



A MENUDO LA PENA DE VIVIR HE ENCONTRADO:
era el río que bulle en la estrechura,
era el enroscarse de la hoja
reseca, era el caballo reventado.

No conocí más bienes que el prodigio
que encierra la divina Indiferencia:
era la estatua en la somnolencia de la siesta,
y la nube, y el detenido halcón en las alturas.



GLORIA DEL DILATADO MEDIODÍA,
cuando ninguna sombra dan los árboles
y alrededor, por demasiada luz,
las apariencias lucen neblinosas.

El sol en alto, la orilla pedregosa.
Mi día aún no se termina:
la hora más bella es atrás de este muro
que me recluye en un tenue ocaso.

¡Cuánta aridez! Da vueltas sobre una reliquia
de vida un martín pescador.
Vendrá la lluvia después de la sequía
y en aguardar la dicha es más gozosa.



TAL VEZ UNA MAÑANA YENDO EN UN AIRE DE VIDRIO,
árido, volviéndome, veré cumplirse el milagro:
la nada a mis espaldas, el vacío atrás de mí,
con un terror de borracho.

Después resurgirán completos, como en una pantalla,
árboles casas montes para el engaño de siempre.
Pero será muy tarde; y yo me iré callado
entre los hombres que no se vuelven, con mi secreto.



RECHINA LA POLEA DEL POZO,
sube el agua a la luz y con la luz se funde.
Tiembla un recuerdo en el colmado cubo,
en el puro círculo una imagen ríe.
Acerco el rostro a evanescentes labios:
se deforma el pasado, se hace viejo,
le pertenece a otro…
                              Ah, cómo cruje
la rueda, te devuelve al negro fondo,
visión, y una distancia nos divide.



Casa en la playa

El viaje termina aquí:
en los afanes mezquinos que dividen el alma
que ya no sabe dar un grito.
Ahora los minutos son iguales y fijos
como las vueltas de rueda de la bomba.
Una vuelta: un subir de agua que retumba.
Otra vuelta, más agua, a veces un chirrido.

El viaje acaba en esta playa
que pulsa asidua y lenta la marea.
Excepto perezosos humos
nada revela la marina
que urden de cuencas las ligeras brisas,
y es raro que aparezca en la bonanza muda,
entre las islas del aire vagabundas,
la jorobada Córcega o Capraia.**

Tú me preguntas si todo se reduce
a esta poca niebla de memorias,
si en la hora que aturde o en el desvarío
de la ola se cumplen nuestras vidas.
Quisiera decirte que no, que se aproxima la hora
en que te será dado huir del tiempo;
tal vez sólo quien quiere se eterniza,
y ese es tu caso, a lo mejor, no el mío.
Pienso que para los más no hay salvación
y sólo alguno altera los designios,
cruza el vado, se encuentra como quiso.
Quisiera antes de ceder mostrarte
la senda de esta fuga, frágil
como en los turbulentos campos
del mar crestas o espumas.
También te cedo mi esperanza avara.
Últimamente, exhausto, la descuido.
La ofrezco en prenda a tu destino, que te ampare.

El camino termina en esta orilla
que la marea corroe con movimiento alterno.
Tu corazón cercano que no me oye
tal vez ya zarpa hacia lo eterno.

 


*Del libro Huesos de sepia (1925)

**Pequeña isla del mar Tirreno, entre Córcega y Elba.


Eugenio Montale (Génova, 1896-Milán, 1981). Poeta, crítico literario y de música, considerado uno de los maestros de la literatura italiana del siglo XX y ganador del Premio Nobel en 1975. Entre su vasta obra, traducida a varios idiomas, podemos mencionar los libros Ossi di seppia (1925), Le occasioni (1939), Finisterre (1943), Quaderno di traduzioni (1948), La bufera e altro (1956), Farfalla di Dinard (1956), Xenia (1966), Auto da fe (1966), Fuori di casa (1969), Satura (1971), Trentadue variazioni (1973), Diario del ‘71 e del ‘72 (1973), Sulla poesia (1976), Quaderno di quattro anni (1977), Altri versi (1980). Su Diario postumo: 66 poesie e altre fue publicado por la Editorial Mondadori en 1996.

Fabio Morábito (Alejandría, Egipto, 1955). Poeta, narrador, ensayista y traductor. Ha sido becario de diversas instituciones en México, Italia y Alemania, y es miembro del SNCA desde 1994. Ha recibido el Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer para Obra Publicada 1985, el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1991, el Premio Internacional White Raven concedido por la Jüngenbibliotheke de Munich, y el Premio de Narrativa Antonin Artaud 2006. Ha publicado, entre otros, los libros de cuento La lenta furia (1989), También Berlín se olvida (2004) y Grieta de fatiga (2006); de ensayo: El viaje y la enfermedad (1984) y Los pastores sin ovejas (1995); los poemarios Lotes baldíos (1985), De lunes todo el año (1992), Alguien de lava (2002) y La ola que regresa. Poesía reunida (2006).